Los textos de los sarcófagos, o textos de los ataúdes, con textos escritos en los sarcófagos, desde el I Período Intermedio. Se desarrollaron fundamentalmente en el Reino Medio, época en la que el pueblo consiguió el derecho a ser enterrado en sarcófagos y emplear los textos antes reservados a la nobleza. Los escritos, en su mayor parte realizados en jeroglífica cursiva o hierática, son de inspiración solar y osiríaca con fórmulas mágicas y textos que ayudan al difunto a protegerse en el Más Allá de los animales y peligros que puedan acecharle. El objetivo final es asegurar la inmortalidad del difunto. Los textos incluyen además fórmulas para alimentarlo.
El origen se encuentra en los llamados “Textos de las Pirámides”, inscripciones jeroglíficas realizadas en las pirámides de faraones de la V a la VIII dinastía, aunque incluyen nuevos pasajes y creencias características del Reino Medio. Desde Unis, y a lo largo de la VI dinastía los faraones acostumbraron a decorar las paredes de sus pirámides con textos. En ese momento la resurrección estaba limitada a la realeza, y posteriormente fue ampliándose a la nobleza, dando lugar a los Textos de los Sarcófagos. Durante el Reino Nuevo se produjo una “liberalización” definitiva de los rituales de resurrección. Fue entonces cuando el pueblo pudo acceder a las fórmulas sagradas, siempre que pudiese pagarse el proceso de momificación y algún pasaje de recitaciones que le permitiesen vencer todos los males que pudieran acecharle en su peligroso viaje por el Más Alla. Esto dio lugar al “Libro de los Muertos”, una recopilación de fórmulas, ofrendas y rituales que hacían posible la salvación del difunto.
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