El Museo Imhotep en Saqqara – Imhotep Museum

Jaume Vivó – Agosto de 2006

Finalmente, el tan ansiado sueño de Jean-Philippe Lauer (1902-2001) se ha convertido en realidad, aunque desafortunadamente, hay que lamentar que él no haya podido verlo con sus ojos terrenales. Cinco años después de su muerte y tras más de veinte años luchando para conseguir que este proyecto viera la luz, el Museo Imhotep finalmente abrió sus puertas a los visitantes el pasado mes de abril de 2006. Para Jean-Philippe Lauer era vital e imprescindible que se construyera un pequeño museo en la zona de Saqqara que ayudara a los visitantes a comprender mejor el monumental complejo funerario del rey Dyoser y la gran e innovadora obra realizada por su arquitecto, el genial Imhotep.

Maqueta del complejo funerario del rey Dyoser en Saqqara.

Maqueta del complejo funerario del rey Dyoser en Saqqara.

El conjunto del moderno Museo se halla situado a la derecha de las antiguas taquillas y comprenderá varias edificaciones: un amplio parking, las nuevas taquillas, varias tiendas, una cafetería, una sala independiente para actos donde se exhibe la impresionante maqueta del complejo funerario del rey Dyoser realizada por el propio J.-Ph. Lauer y donde se puede visualizar un vídeo sobre los trabajos arqueológicos en Saqqara y finalmente, el propio Museo (fig. 1). También está previsto la construcción de un restaurante al aire libre para facilitar la estancia de los visitantes en la zona de Saqqara. Todas estas dependencias están construidas en piedra calcárea blanca con un diseño moderno y funcional provistas de aire acondicionado.

Figura 1 Figura 2

En el amplio patio frente al Museo, dos placas conmemorativas escritas en árabe nos informan de la fecha y las personalidades que asistieron a su inauguración: “En el período del señor, Mohamed Hosni Mubarak, Presidente de la República, la ilustrísima Sra. Suzanne Mubarak, esposa del Presidente de la República, ha inaugurado, el Museo Imhotep de Saqqara, con la presencia, de la Sra. Bernadette Chirac, esposa del Presidente de la República de Francia, y el Sr. Farouq Hosni, Ministro de Cultura, y el Sr. Dr. Zahi Hawass, Secretario General del Consejo Supremo de las Antigüedades, a 20 de abril de 2006 y a 22 de rabia I (primavera) de 1427H” (fig. 2).

museo-imhotep-00

Los números en azul entre corchetes [ ], que podremos ir viendo a lo largo de este artículo, remiten a la situación de las vitrinas en este plano esquemático de las salas.

Vestíbulo – Entrance Hall [A]

En el Museo se exponen aproximadamente unas 300 piezas arqueológicas dispuestas en seis espacios distintos incluyendo un amplio vestíbulo de entrada [A] en el que se expone temporalmente junto a la pared frontal, el fragmento de la base de una estatua del rey Dyoser [1], hallada al sur de su comlejo funerario, representado de pie a tamaño natural y del que sólo se conservan sus pies situados sobre la representación simbólica de los enemigos tradicionales de Egipto figurados por los nueve arcos y tres aves rejyt, que simbolizaban al pueblo egipcio sometido a la autoridad real. En la parte frontal de la base se puede leer además del nombre de Horus del rey Neterierjet dentro de su serej, el nombre y varios de los títulos que ostentó Imhotep: “Portador del sello del rey del Bajo Egipto, primero después del rey, administrador del palacio, príncipe hereditario, sumo sacerdote de Heliópolis, maestro artesano de los escultores y albañiles…” Anteriormente este monumento se hallaba expuesto en el Museo Egipcio del Cairo (figs. 3 y 4).

Figura 3 Figura 4

Biblioteca Jean-Philippe Lauer – Lauer’s Library [B]

A la izquierda de este vestíbulo se halla una pequeña sala-biblioteca [B] dedicada a la persona y obra de Jean-Philippe Lauer. En una esquina se halla su pequeña y austera mesa de trabajo pintada de color verde a juego con una silla de anea y un pequeño mueble con cajones (fig. 5). Sobre la mesa, varias herramientas de dibujo y algunas cartas personales de Lauer, una de ellas fechada en marzo de 1993 con referencia al inicio de las obras para el pequeño Museo Imhotep de 30×30 m de perímetro previsto para albergar la maqueta del complejo funerario de Dyoser (fig. 6). Unos murales con textos, fotografías y planos relativos a las excavaciones, junto con una pequeña biblioteca y una vitrina con efectos personales complementan esta sala dedicada a la memoria del arquitecto Jean-Philippe Lauer, que dedicó setenta y cinco años de su vida al estudio y comprensión de la obra del genial Imhotep.

Figura 5 Figura 6

La arquitectura de Imhotep – Imhotep Architecture [C]

La sala central del Museo [C] dedica todo su perímetro a distintos elementos arquitectónicos procedentes del complejo funerario de la pirámide escalonada del rey Dyoser, acompañados por paneles y dibujos explicativos para la mejor comprensión del visitante (fig. 7). En primer lugar, dos fragmentos del muro de la capilla que por su situación se conoce como la “tumba sur”, decorado con un friso de cobras [2] (figs. 8 y 9), a continuación tres fragmentos de columnas acanaladas simulando haces de cañas [3] y enfrente, un fragmento del muro y del techo, simulando troncos de madera del pabellón real de Dyoser [4], y más a la izquierda, la parte superior de los edificios llamados “casa del norte y casa del sur” [5].

Figura 7 Figura 8

Todos estos fragmentos de construcciones conforman por primera vez la plasmación en piedra, realizada por Imhotep, de los distintos elementos arquitectónicos a imitación de las construcciones de barro, troncos y cañas, que Jean-Philippe Lauer fue restituyendo con paciencia pieza a pieza durante toda su larga vida hasta lograr hallar las proporciones de los distintos edificios que componían el complejo funerario del rey Dyoser. Todas estas construcciones forman parte de un inmenso decorado en piedra dedicado al ka real de Dyoser destinado a celebrar su heb-sed, fiesta jubilar de renovación, celebrándose simbólicamente “millones de veces”, o lo que es lo mismo, para toda la eternidad. La genialidad de Imhotep fue la de plasmar en piedra este grandioso decorado evocando de modo simbólico los muros, fachadas exteriores, capillas, santuarios y distintos edificios con sus puertas entreabiertas, los techos de troncos, las columnas de haces de papiros, etc., todo enteramente tallado en piedra y con los interiores de los edificios rellenos de cascotes y arena.

Figura 9 Figura 10

Una vitrina situada contra el muro del vestíbulo y presidiendo toda la sala, muestra una pequeña estatua de bronce de Imhotep de época tardía representado sentado en una silla [6], vistiendo la larga falda característica de los sacerdotes y sobre la cabeza el gorro característico del dios Ptah. Sobre las rodillas sostiene un rollo de papiro desplegado que sujeta con ambas manos (fig. 10). La figura de Imhotep, curiosamente conocida durante mucho tiempo únicamente por monumentos fechados durante el Imperio Nuevo y sobretodo en épocas posteriores, demuestra que su memoria nunca fue olvidada. Fue arquitecto y médico del rey Dyoser y en época ramésida patrón de los escribas. Se le consideró también hijo de Ptah, patrón de los artesanos y a partir de la época saíta fue divinizado dedicándole un templo en Saqqara y dotándolo de sacerdotes para atender su culto, pero que todavía hoy lamentablemente no ha sido descubierto. A partir de esta época son numerosas las estatuas de bronce votivas que se han encontrado por todo Egipto. Durante la dinastía XXX se convirtió en un dios sanador, asociado posteriormente a Asclepios, el dios griego de la medicina.

Figura 11 Figura 12

En el centro de la sala [8] se hallan expuestos dos fragmentos de estatuas del rey (figs. 11 y 12), así como un magnífico fragmento de un bloque de piedra calcárea [7] de más de 2 m de altura que corresponde a un montante de una puerta fechada en el reinado de Dyoser, hallado partido en dos fragmentos durante las excavaciones realizadas por Zahi Hawass en el templo funerario de la reina Iput I (dinastía VI) y reutilizados en el pavimento del templo, que muestra decoración en tres de sus lados. La cara frontal se compone de dos partes simétricas, una debajo de la otra, mostrando ambas el serej con el nombre de Horus del rey Dyoser, Neterierjet, y debajo doce compartimentos rectangulares alternándose en cada uno una figura de un chacal sentado en reposo y la de un león o leona en la misma actitud. El fragmento inferior está incompleto y sólo conserva seis de los doce compartimentos. Las dos caras laterales son simétricas y están divididas en dos secciones rectangulares alargadas. Cada una de ellas está decorada con la representación de una serpiente con el cuerpo ligeramente ondulado. La presencia de estos animales hace pensar que muy probablemente esta decoración estaba destinada a rechazar a intrusos malintencionados.

Figura 13 Figura 14

En el fondo de la sala se halla una magnífica réplica del muro con tres nichos [9], decorado con pequeñas losetas de fayenza azul verdoso, situado en los apartamentos funerarios subterráneos bajo la pirámide escalonada (fig. 13). Este muro de losetas de fayenza probablemente imita los zarzos de cañas de las construcciones ligeras. En el interior de los nichos se encuentran relieves con la representación del rey realizando la carrera ritual o en actitud de visita a diferentes santuarios divinos. La réplica del relieve que se puede ver en uno de los nichos del Museo Imhotep, muestra la visita del rey Dyoser al templo de Edfu (fig. 14). Estas salas subterráneas decoradas con losetas azules corresponderían de un modo simbólico a los apartamentos palaciegos del monarca.

Hacia la mitad de los muros laterales de esta amplia sala se abren dos puertas simétricas, una frente a la otra, que conducen a dos salas de exposición denominadas “Saqqara Tombs” la de la izquierda [D], y “Saqqara Styles” la de la derecha [E].

Las tumbas de Saqqara – Saqqara Tombs [D]

La sala “Saqqara Tombs” [D] está dedicada a los hallazgos, procedentes de varias tumbas de distintas épocas en la zona de Saqqara, que se exponen en diez vitrinas bien iluminadas. Frente a la puerta de entrada destaca, fuera de las vitrinas y presidiendo la sala, una esfinge de piedra calcárea del rey Unas y un excelente relieve descubierto en 1939 procedente de la calzada de su complejo funerario [10], en el que se ven una serie de hombres, mujeres y niños que muestran una extrema delgadez. Sus pelucas y barbas denotan que no se trata de egipcios, sino de beduinos que vivían en el desierto, en los límites de las fronteras de Egipto. Esta escena puede interpretarse como el triunfo del rey Unas sobre las tribus beduinas, o como la generosidad del rey acoge para alimentar a este pueblo de la hambruna causada por una mala crecida del Nilo (fig. 15). Otro pequeño fragmento de esta misma escena se halla conservado en el Museo del Louvre en París.

Figura 15 Figura 16

A la izquierda de la entrada y siguiendo el sentido de las agujas del reloj nos encontramos en la primera vitrina [11] una estela falsa-puerta magníficamente tallada en piedra calcárea que todavía conserva gran parte de su color original y una mesa de ofrendas también de piedra calcárea, pertenecientes a un alto personaje llamado Hesi (fig. 16). En la siguiente vitrina [12] se muestran varios objetos procedentes de distintos enterramientos del Imperio Antiguo: una bandeja circular de alabastro para depositar las ofrendas alimenticias; tres recipientes de piedra calcárea talladas con la forma de un ganso que comprenden dos partes, la inferior o receptáculo y la superior que hace la función de tapa donde se aprecia la cabeza y cuello del animal (fig. 17). Originariamente, y siguiendo las creencias de los antiguos egipcios, contendrían en su interior aves muertas para servir de alimento al difunto en el Más Allá. A continuación, se exponen una serie de vasos y recipientes de cobre para contener diferentes líquidos utilizados en los ritos de purificación y ofrendas. Una gran jarra de cerámica rota para contener comida que en su interior todavía conserva una serie de bolas de queso, algunas de ellas envueltas en lino (fig. 18), y para finalizar, cuatro grandes vasos cánopes con sus tapas convexas tallados en piedra calcárea, que contendrían las vísceras u órganos internos del difunto retirados del cuerpo durante el proceso de momificación (fig. 19).

Figura 17 Figura 18

La siguiente vitrina [13] muestra un enterramiento del Primer Período Intermedio tal como fue descubierto por Quibell en 1906 cerca de la pirámide del rey Teti en Saqqara. Se trata de la tumba del escriba Jenu y de su hijo Ipiemsaf, ambos supervisores del templo. Jenu ostentó además los títulos de tesorero del dios de la pirámide de Merikare y jefe del equipo de la pirámide de Teti. Podemos ver su ataúd rectangular de madera con inscripciones jeroglíficas talladas y pintadas de azul. Sobre la tapa, un modelo de barca a remos de madera pintada con doce tripulantes y a su lado una estatuilla de su hijo Ipiemsaf Ipi, que ostentó el título de escriba del canciller del dios. La estatuilla fue hallada sobre la tapa del sarcófago de su padre (fig. 20). En el suelo, al lado del sarcófago, se encuentran una jarra y tres platos de cerámica.

Figura 19 Figura 20

En la siguiente vitrina [14] se pueden ver cuatro vasos cánopes de alabastro con las tapas en forma de cabeza humana (fig. 21), a su lado un reposacabezas también de alabastro y una pequeña tabla de ofrendas para contener los siete ungüentos sagrados pertenecientes Senedyemib, canciller real. En el centro tres bellos ushebtis de fayenza azul, dos escarabeos y un pectoral también de fayenza pertenecientes al Imperio Nuevo. Otro reposacabezas y otra pequeña tabla de alabastro para ungüentos perteneciente al escriba de los documentos reales, Inti, y más allá, varios objetos de tocador: un amplio collar de cuentas de cerámica, un espejo de cobre con mango de madera, un frasco de kohol con aplicador para los ojos y dos peines. A la derecha, otra vitrina [15] muestra tres estatuillas de madera policromada del dios menfita de la resurrección Ptah-Sokar-Osiris en su representación habitual, de pie, sobre un soporte rectangular decorado con los signos de “vida” y “poder”, con el cuerpo momiforme y la cabeza tocada por una corona con dos altas plumas, el disco solar y dos cuernos horizontales retorcidos. Estas estatuillas datadas en la Baja Época fueron descubiertas por la Misión Francesa durante las excavaciones en el cementerio del rey Teti. En el interior de la caja rectangular que sirve de base a la estatua de mayor tamaño, situada en el centro, se encontró un fragmento de tela de lino (fig. 22).

Figura 21 Figura 22

En la siguiente vitrina [16] se muestran cinco cabezas de maza de piedra junto a una cabeza y la parte superior del busto, tallada en piedra calcárea blanca, representando a un prisionero cuyos rasgos manifiestan que se trata de un extranjero con una larga peluca ondulada que le cae por la espalda (fig. 23). Estos objetos fueron hallados por Quibell entre 1906-1908 durante las excavaciones realizadas en el templo alto de la pirámide de Teti. Más allá, varias joyas y una sandalia de madera para el pie izquierdo con los nueve arcos grabados incisos hallada en la cámara funeraria de la pirámide de Pepi I perteneciente sin duda a su ajuar funerario. Un piramidión de piedra calcárea descubierto por Hawass cerca de la pirámide de la reina Juit en el cementerio del rey Teti en Saqqara, primer rey de la dinastía VI. También se muestra un pequeño obelisco, descubierto por la Misión Francesa, que probablemente estaría situado a la entrada de la pirámide de una reina, esposa e hija de rey, en el que se puede leer el nombre de la pirámide del rey Pepi I “Merire Mennefer” (fig. 24).

Figura 23 Figura 24

En la siguiente vitrina [17] destaca un bloque de piedra calcárea con textos jeroglíficos correspondientes a los llamados “Textos de las Pirámides” procedente del interior de una de las pirámides del cementerio del rey Pepy I (fig. 25). Delante, un documento fechado en el Imperio Medio compuesto por dos papiros pegados uno sobre el otro en el que se puede ver por una cara, un fragmento del capítulo 690 de los célebres “Textos de las Pirámides” y por la otra, más antigua, el capítulo 217. A la derecha, dos bellos fragmentos de relieves en piedra calcárea pintada procedentes de la decoración del patio del templo funerario de la reina Anjesem-Pepi II, uno representa a la reina Anjesem-Pepi con el típico tocado, con una cabeza de buitre y el otro presumiblemente a la diosa Hathor (fig. 26). En 1970 Jean-Philippe Lauer encontró, en el interior de la cámara funeraria de la pirámide Pepi I, parte del contenido del recipiente de granito rosado situado bajo el pavimento del suelo y utilizado para contener los vasos cánopes de alabastro, de los que sólo se hallaron algunos fragmentos. A la izquierda de esta vitrina, se puede contemplar el contenido solidificado, envuelto en una fina tela de lino, del interior de uno de los vasos cánopes que contenían las vísceras del rey Pepi I. Más a la izquierda, una presunta cabeza del rey Pepi I. Al lado, varios objetos procedentes del ajuar funerario del rey Pepi II: un vaso de alabastro con inscripciones mencionando su pirámide, una sandalia de madera probablemente recubierta de oro y un fragmento de madera pintada y oro en el que aparece representado el rey Pepi II entre los dioses Hathor y Horus. Asimismo se puede ver un vaso de cobre perteneciente a algún miembro de la familia real hallado por la Misión Arqueológica Francesa en el templo funerario de la reina Anjesem-Pepi III. También se muestra una bella estatuilla de madera de una mujer joven desnuda con una corta peluca rizada y los brazos extendidos a lo largo del cuerpo con las palmas de las manos abiertas (fig. 27).

Figura 25 Figura 26

La siguiente vitrina [18] muestra la momia atribuida por algunos autores al rey Nemtyemsaf Merenre I de la dinastía VI, hallada por Gaston Maspero en el interior de su pirámide en Saqqara en 1881 (fig. 28). La momia se halló dentro de su sarcófago de basalto con la tapa ligeramente desplazada, completamente despojada de sus vendajes y saqueada por los buscadores de tesoros. Esta identificación está basada únicamente por el lugar donde fue hallada la momia ya que estudios posteriores realizados por el Dr. G. Elliot-Smith sugirieron que se trataba de un cuerpo momificado en época muy posterior, probablemente durante la dinastía XVIII y que el modo en que se había momificado el cadáver no se correspondía con las momificaciones del Imperio Antiguo. La momia, cuando fue hallada, presentaba una trenza de cabello lateral característica de los niños o jóvenes adolescentes. Estudios más recientes han reconsiderado las opiniones del Dr. Elliott-Smith y consideran que la momia expuesta en el Museo puede ser identificada como perteneciente al rey Merenre I, a pesar de que anteriormente ésta nunca había sido incluida en el inventario de momias reales. De ser cierta esta atribución nos encontraríamos frente a la momia real completa más antigua de Egipto. La momia está cubierta por un lienzo de lino desde la nariz hasta los pies, pudiéndose contemplar únicamente la parte superior del rostro y los pies, probablemente debido a que cuando fue hallada le faltaba la mandíbula inferior y algunos dientes de la mandíbula superior, con la cabeza despegada de la columna vertebral y el pecho aplastado como consecuencia del saqueo realizado por los violadores de tumbas. A pesar de todo ello, estaba en bastante buen estado de conservación.

Figura 27 Figura 28

La vitrina siguiente [19] muestra a la izquierda un grupo de seis sítulas de bronce halladas en 1995 durante la campaña de excavación de la Egypt Exploration Society en la zona norte de Saqqara, en el área de la necrópolis de animales sagrados y concretamente frente a las catacumbas de halcones (fig. 29). Este espectacular hallazgo consistente en más de 600 objetos de bronce fue hallado en una hendidura de la roca en bastante mal estado de conservación. Tras un gran de trabajo de conservación podemos contemplar la belleza de estos objetos, la mayoría de ellos decorados, que normalmente presentan uno o más registros en los que se puede ver al oferente frente a una mesa de ofrendas o altar en actitud de adoración frente al dios Amón itifálico seguido de varias divinidades. La base está decorada con motivos florales, habitualmente con flores de loto. Estos objetos eran vendidos a los peregrinos para que realizaran sus ofrendas ante las capillas de los diferentes dioses y pueden datarse entre los siglos IV y III a.C. En el centro de la vitrina se exponen varias figuras de madera pertenecientes al Imperio Medio: una portadora de ofrendas, un servidor, un modelo de barca con toda su tripulación (fig. 30) y más allá una magnífica estatua de madera de un sacerdote con la cabeza rapada.

Figura 29 Figura 30

La última vitrina de esta sala [20] presenta algunos de los hallazgos procedentes de la tumba de Aperel (Aperia) excavada por la Mission Archéologique Française du Bubasteion dirigida por Alain Zivie y descubierta en 1981 junto a las catacumbas de gatos momificados dedicados a la diosa Bastet (Bubasteion) y justo debajo de la propia casa de la Misión Francesa en Saqqara. La tumba de Aperel, saqueada en la antigüedad, contenía tres enterramientos, el del propio Aperel, que fue visir en tiempos de Amenhotep III (dinastía XVIII), se halló en el tercer nivel a 20 m de profundidad junto al de su esposa Tauret y el de su hijo Huy que ostentó el cargo de escriba de los reclutas bajo el reinado de Amenhotep IV (Akhenaton). Al parecer el nombre de Aperel no es de origen egipcio sino asiático y probablemente semítico. En el centro de la vitrina se encuentra una magnífica cabeza de una muchacha joven realizada en madera policromada que originalmente soportaba una peluca (fig. 31). Delante, dos reglas para medir de un codo de largo (52,3 cm), una de madera y la otra de esquisto. A la derecha, un bello ushebti de madera y a su lado un pequeño ataúd de madera sobre un trineo conteniendo en su interior un ushebti de alabastro pintado con inscripciones perteneciente a Aperel (fig. 32). Más allá, un amuleto en forma de corazón y un escarabeo de esquisto. Delante, dos pequeñas cabezas de cerámica azul vidriada que originariamente estaban incrustadas decorando uno de los sarcófagos de madera (fig. 34). A la izquierda varios amuletos realizados en distintos materiales entre los que destaca una cuchara en forma de pez tallada en esteatita de color rojo (fig. 33) y un gran pectoral votivo de fayenza en cuyo centro se hallaría un escarabeo hoy desaparecido.

Figura 31 Figura 32
Figura 33 Figura 34

Estilos de Saqqara – Saqqara Styles [E]

A la derecha del espacio central dedicado a la obra del insigne Imhotep, se accede a otra sala que lleva por nombre “Saqqara Styles” [E] de disposición y diseño similar a la anteriormente comentada [D]. Presidiendo este espacio se hallan en el interior de una urna de cristal [21] dos magníficas estatuas de tamaño natural de madera recubiertas de estuco y pintadas con brillantes colores, pertenecientes al jefe de justicia y visir Ptahhotep, personaje que vivió durante la dinastía V bajo el reinado del rey Isesi (figs. 35 y 36). Estas dos estatuas fueron halladas en su tumba de Saqqara, al oeste de la pirámide de Dyoser, por Abdulsalam Mohamed Husein en 1940. A pesar de que se hallan en muy buen estado de conservación, ambas estatuas han perdido su parte inferior. La estatua de la izquierda de Ptahhotep viste una falda corta de color blanco y la parte plisada pintada de amarillo al igual que el cinturón. Sólo se conserva su brazo derecho y cuya mano originalmente sostendría un cetro. Lleva una larga peluca que le llega hasta los hombros y luce un amplio collar pintado sobre el pecho. Los ojos, que originariamente estarían incrustados, en la actualidad se han perdido. La estatua de la derecha, cuyo estuco y pintura se halla bastante mejor conservada es muy similar a la anterior, pero aquí Ptahhotep lleva una peluca corta, redonda y rizada y luce una barba recta ceremonial (fig. 37). Lamentablemente esta estatua ha perdido completamente ambos brazos y una pierna.

Figura 35 Figura 36

Siguiendo el sentido de las agujas del reloj podemos ver en tres vitrinas consecutivas [22-24] una muestra de vasos y recipientes de todos los tamaños y materiales, hallados por Jean-Philippe Lauer en 1933 en las galerías interiores de la pirámide escalonada de Dyoser, excavadas en la cara este de la pirámide. El número total de vasos, jarras, platos, etc. encontrados, oscila entre los treinta y los cuarenta mil, la mayoría de ellos estaban rotos en multitud de fragmentos, debido a los desprendimientos de las galerías y al saqueo, aunque algunos centenares fueron hallados intactos y otros ocho mil pudieron ser restaurados. Los materiales empleados fueron principalmente el alabastro egipcio, la brecha roja, el esquisto de distintas tonalidades, el pórfido, la diorita, el granito rosado, el cuarzo, el cristal de roca, etc. En algunos de estos vasos se hallaron inscripciones pertenecientes al reinado del rey Dyoser, pero la mayoría de ellas se remontan a las dos primeras dinastías. La primera vitrina muestra distintos recipientes tallados en alabastro presentando gran variedad de diseños y tamaños (figs. 38 y 39), así como un extraordinario relieve en piedra calcárea procedente de una tumba anónima de la dinastía V excavada por Quibell en 1907, en el que se ven una serie de artesanos fabricando varios tipos de vasos de piedra. La segunda vitrina muestra unas jarras de alabastro de gran tamaño y en la tercera se puede contemplar una nutrida muestra de recipientes de gran diversidad de tamaños y formas fabricados en distintos tipos de piedras: mármol, basalto, pórfido, brecha, esquisto, etc. (fig. 40).

Figura 37 Figura 38
Figura 39 Figura 40

En la cuarta vitrina [25] se exponen dos estatuas de Ptahshepses descubiertas por Mariette en 1877 en su tumba situada al norte de la pirámide de Dyoser en Saqqara. Mariette menciona que la mastaba de Ptahshepses construida en piedra calcárea se hallaba bien conservada pero la fachada y la estela al fondo de la cámara habían sido saqueadas unos veinte años antes por los habitantes de Abusir. Afortunadamente, el serdab de la tumba escapó de los buscadores de tesoros y Mariette lo encontró intacto, hallando nueve estatuas situadas en hileras contra el muro meridional del serdab. Entre ellas se hallaban las dos aquí expuestas: una, tallada en piedra calcárea y pintada con vivos colores representando a Ptahshepses de pie en actitud de marcha, vistiendo una falda plisada y tocado con una peluca corta rizada. En la base puede leerse: “el juez e inspector de los contables, inspector de los sacerdotes de Re y Hathor, Ptahshepses” (fig. 41). La segunda estatua, también de piedra calcárea, le representa en la actitud típica de los escribas, sentado con las piernas cruzadas y con un papiro desplegado (fig. 42). Ptahshepses fue un alto funcionario que vivió durante la dinastía V.

Figura 41 Figura 42

En la siguiente vitrina [26] se puede ver una magnífica estela rectangular descubierta muy recientemente, en marzo de 2005, por la Misión de la Universidad de Macquarie de Australia dirigida por Naguib Kanawati al norte del cementerio del rey Teti. La estela fue hallada en la tumba de Meri que fue tutor de Pepi I, hijo y sucesor de Teti. Meri, que ostentó el título de superintendente de los cuatro barcos sagrados, está representado de pie junto a su esposa Bebty, que ostenta el título de “conocida del rey” (fig. 43). En el centro de la vitrina se exponen varias herramientas de cobre utilizadas para tallar y esculpir la piedra. A la derecha, una estatua esculpida en piedra calcárea de un alto funcionario anónimo sentado (fig. 44).

Figura 43 Figura 44

A continuación, en la siguiente vitrina [27] se pueden contemplar tres magníficas cabezas masculinas pertenecientes a tres estatuas de altos funcionarios del Imperio Antiguo. En el centro destaca la conocida cabeza de madera perteneciente a una estatua de Rashepses (fig. 45), hallada por Quibell en 1907 en el serdab de una antigua tumba que había sido descubierta y estudiada anteriormente por Richard Lepsius. Rashepses ostentó el cargo de visir, jefe de justicia y supervisor del Alto Egipto a mediados del reinado de Dyedkare Isesi en la dinastía V. Las otras dos cabezas pertenecen a dos personajes anónimos (fig. 46).

Figura 45 Figura 46

Las dos siguientes vitrinas [28] y [29] muestran varias estatuas de altos funcionarios del Imperio Antiguo (fig. 47). A la izquierda, una estatua de madera estucada y pintada de un personaje anónimo de pie y desnudo en actitud de marcha perteneciente a la dinastía V, hallada al norte de la tumba de Kaaper en el cementerio de la pirámide de Teti en las recientes excavaciones del Consejo Supremo de Antigüedades Egipcias dirigidas por Zahi Hawass (fig. 48). A la derecha de la vitrina, otra estatua hallada junto a la anterior y presumiblemente del mismo personaje, que en esta ocasión viste un faldellín corto de color blanco y una peluca redonda rizada. Está representado en actitud de marcha sosteniendo un bastón en la mano izquierda y que probablemente en la derecha sostendría un cetro símbolo de su autoridad (fig. 49). En el centro, una pequeña estatuilla de madera representando a Anu, inspector de los sacerdotes de la pirámide de Pepy II, ataviado con una falda triangular revestida con una lámina de oro, fue hallada por Gustave Jéquier en 1935 en el serdab de la cámara funeraria de su tumba inviolada situada al este de la pirámide de Pepi II (fig. 50).

Figura 47 Figura 48
Figura 49 Figura 50

En la siguiente vitrina [29], a la izquierda, una estatua de piedra calcárea policromada de Athma, de pie con los brazos caídos a lo largo del cuerpo con los puños cerrados, viste una falda corta de color blanco y luce una peluca redonda rizada de color negro (fig. 51). Sobre el pecho desnudo luce un amplio collar de cuentas pintado. En la base de la estatua tres columnas de textos jeroglíficos nos informan de que este personaje ostentó el cargo de sacerdote de Re en el templo solar de Sahure. A la derecha, una magnífica estatua de madera policromada de Akhtihotep, hallada en 1940 junto a otras nueve estatuas en el serdab de su tumba, próxima a la calzada de Unas, todas ellas pertenecientes al difunto menos una de su esposa. Ajtihotep se halla de pie en actitud de marcha y con su mano izquierda sostiene un largo bastón. Viste una falda corta de color blanco parcialmente plisada, una peluca redonda rizada y un amplio collar pintado sobre el pecho (fig. 52). Ajtihotep ostentó entre otros, los cargos de director de los sacerdotes de Sacmis de la Gran Casa y de sacerdote de Buto.

Figura 51 Figura 52

Sala de excavaciones – Excavation Hall [F]

La última sala, llamada “Excavation Hall” [F], se halla cerca de la salida, en una puerta lateral del vestíbulo, frente a la que conduce a la Biblioteca de Lauer [B] La pieza que preside la sala (fig. 53), dedicada a exponer las piezas halladas en recientes excavaciones, es una magnífica doble estatua esculpida en piedra calcárea representando al jefe de los sacerdotes de Mut, Amenemopé de pie junto a su esposa [30]. Fue hallada por Peter Munro en 1986 en las excavaciones alemanas durante las labores de limpieza de la tumba del rey Ninecher de la dinastía II y alrededor de la calzada de la pirámide de Unas. Amenemopé viste una larga túnica plisada que le llega hasta los pies y con anchas mangas hasta el codo. Tiene los brazos caídos y las palmas de las manos abiertas apoyadas sobre el delantal frontal triangular plisado, calza sandalias y lleva una aparatosa peluca de bucles rizados característica de los nobles de la época ramésida. Su esposa, le pasa un brazo por detrás apoyando una mano sobre su hombro. Con la otra mano sostiene un sistro hathórico contra su pecho. Lleva un vestido largo plisado ceñido al cuerpo y una pesada peluca con una diadema. Ambos personajes se adornan la peluca con una flor de loto (figs. 54-56).

Figura 53 Figura 54

La vitrina de la derecha [31] muestra dos fragmentos de relieves del Imperio Nuevo descubiertos en las excavaciones de Sayed Tawfik y que conservan parte del color. En el primero se ve la figura de un sacerdote con el cráneo rasurado en actitud orante y en el segundo, dos servidores integrantes de la procesión funeraria, el de la izquierda transporta dos vasos cánopes mientras que el otro lleva tallos de papiro atados y un ramo de flores (fig. 57). En el centro, una magnífica estatua sedente tallada en piedra calcárea de Psamético perteneciente a la dinastía XXVI que ostentaba el título sacerdotal de “padre del dios”. A lo largo de toda la falda tiene grabada una columna de textos jeroglíficos con su nombre y título, al igual que en ambos lados frontales del asiento (fig. 58). En la base de la estatua y delante de sus pies descalzos un texto relativo a las ofrendas funerarias dedicadas al dios Ptah-Sokar. Más a la derecha, una estela funeraria de época ptolemaica de piedra calcárea en la que se ve a un personaje de pie con una larga túnica frente a una pequeña mesa de ofrendas delante de los dioses Osiris e Isis, bajo una representación del dios Re con las alas extendidas. Debajo, cuatro líneas de textos jeroglíficos con la fórmula de ofrendas dedicada a Osiris (fig. 59). A la derecha otra estela funeraria de piedra calcárea perteneciente a Psamético, representado en la parte superior de la estela sentado frente a una mesa de ofrendas, encima su nombre y el título de “padre del dios”. Debajo ocho líneas de textos jeroglíficos grabados, mencionando el primer año de reinado de Uahemibre Necao (II) tercer rey de la dinastía XXVI (fig. 60).

Figura 55 Figura 56
Figura 57 Figura 58

La siguiente vitrina [32], dividida en dos espacios horizontales se presentan varios de los hallazgos realizados en la tumba de Qar y alrededores. Durante unas labores de prospección dirigidas por el Consejo Supremo de Antigüedades Egipcias al oeste de la pirámide de Unas en octubre de 2001, aparecieron por fortuna los restos de un pequeño complejo funerario consistente en una capilla, un patio abierto rodeado por un muro y una mastaba con un pozo y dos cámaras subterráneas, una de ellas excepcionalmente con el techo abovedado. Una estela de puerta-falsa mostraba el nombre de Qar y el título de “Médico en jefe del palacio real”. Junto al sarcófago de piedra calcárea con el nombre del difunto que contenía únicamente restos de huesos profanados, se hallaron junto a unos 50 recipientes de cerámica con su nombre, 37 instrumentos quirúrgicos de cobre, de los que se pueden contemplar algunos en la parte inferior de esta vitrina (fig. 61), donde se muestran además cinco mesas de ofrendas circulares, cuatro de ellas, únicas en su estilo, son de barro cocido y están decoradas con una gran variedad de alimentos pintados de vivos colores (fig. 62). En el centro y la mayor de ellas es de alabastro y presenta una larga lista de textos jeroglíficos incisos en columnas mencionando las cantidades y el tipo de ofrendas a realizar (fig. 63). A ambos lados se hallan dos magníficas tabletas rectangulares de alabastro previstas para realizar las ofrendas de los siete óleos sagrados con sus correspondientes pequeñas cavidades contenedoras y sus siete nombres escritos en siete columnas de jeroglíficos (fig. 64). Completa la parte inferior de esta vitrina varios tipos de vasos, platos, jarras y soportes de cerámica hallados también en la tumba de Qar.

Figura 59 Figura 60
Figura 61 Figura 62

En la parte superior de esta misma vitrina se presentan 21 estatuillas de bronce halladas en un escondite cerca de la tumba del médico Qar, depositadas allí por algún ladrón a la espera de mejor ocasión para venderlas en el mercado de antigüedades (fig. 65). Estas estatuillas, en perfecto estado de conservación, datan de la dinastía XXVI y muestran varias divinidades asociadas al culto popular durante la Baja Época: Isis amamantando al pequeño Horus (fig. 66), Ptah, Sacmis, Anubis, Osiris, Harpócrates, el halcón Horus, Bastet y también una única pequeña figura de Imhotep divinizado en esta época.

Figura 63 Figura 64

La siguiente vitrina [33], muestra una bellísima momia excelentemente conservada hallada en mayo de 2005 por un equipo del Consejo Supremo de Antigüedades Egipcias dirigido por Zahi Hawass, durante las excavaciones realizadas en el cementerio del Imperio Antiguo cerca de la pirámide del rey Teti. La momia de este personaje femenino desconocido, que vivió durante la dinastía XXX, se halló a 6 m de profundidad en el interior de un sarcófago antropoide de madera sin inscripciones en no demasiado buen estado de conservación, no obstante, en su interior la momia, su máscara funeraria dorada, así como los tres cartonajes que la cubrían se hallaban en perfecto estado de conservación (figs. 67 y 68). En el cartonaje superior que cubre el pecho de la momia, se puede contemplar pintado con vivos colores dios solar Jepri con las alas extendidas sosteniendo el disco solar, debajo, un amplio collar y la representación de la diosa Maat arrodillada con las alas extendidas sosteniendo en ambas manos dos plumas. El segundo cartonaje que cubre las piernas de la momia está decorado con el dios Anubis momificando un cadáver dispuesto sobre una cama y debajo, los dioses Horus, Anubis y el buey Apis así como distintas divinidades dispuestas en tres registros. El cartonaje inferior que cubre las extremidades de la momia tiene pintados en vivos colores los pies del difunto.

Figura 65 Figura 66

En la siguiente vitrina [34], se pueden ver cinco esculturas distintas del Imperio Medio (fig. 69): una estatua cubo de piedra calcárea de un personaje sentado con las piernas encogidas y los brazos cruzados sobre las rodillas, formando un bloque cuadrangular del cual solo sobresalen los pies y la cabeza, actualmente parcialmente desaparecida, conservándose únicamente parte de la boca y una corta barba. En la parte frontal, cinco columnas de textos jeroglíficos mencionan su cargo como intendente y contable del grano de las ofrendas divinas relacionado con el culto funerario del rey Pepi. En la columna central se halla un texto con la fórmula típica de ofrendas al dios Ptah-Sokar consistentes en pan, cerveza, bueyes, aves, vestidos y alabastros para el ka del difunto. A la derecha, una pequeña estatuilla esculpida en piedra negra de un personaje llamado Hotep, sentado sobre sus piernas cruzadas y cubierto por un largo manto del que solo le sobresalen la cabeza y las dos manos cruzadas sobre el pecho (fig. 70). A su derecha, una cabeza de tamaño natural tallada en piedra calcárea y hallada en las recientes excavaciones en el patio del templo funerario de Pepi I. Más allá, dos fragmentos de dos pequeñas esculturas de la dinastía XII.

Figura 67 Figura 68

En la última vitrina de esta sala [35], se expone un magnífico sarcófago antropoide de madera hallado en las excavaciones de la Misión Arqueológica del Museo del Louvre efectuadas alrededor de la mastaba del Imperio Antiguo de Ajet-hotep en el mes de abril de 2004, donde hallaron tres pozos que contenían varias momias, sarcófagos y restos a ajuar funerario perteneciente al Tercer Período Intermedio y a época ptolemaica. En una cámara lateral de uno de los pozos de estas tumbas colectivas, se hallaron dos sarcófagos de piedra y este bello ejemplar de madera que aquí se expone (figs. 71 y 72). En el suelo se hallaron además cinco momias junto con trozos de cañas y restos de mobiliario funerario, así como una máscara dorada, fragmentos de collares usej, pedazos de papiros y restos de mortajas inscritas con capítulos del Libro de los Muertos. Este bello sarcófago de madera pertenece a un personaje, que según una inscripción en demótico que presenta sobre el pecho, se llamaba Imhotep y fue depositado en su tumba en tiempos del rey Nectanebo II en el año 360 a.C. A lo largo de todo el cuerpo se hallan tres columnas de textos jeroglíficos pintados (fig. 73). En el extremo derecho de la vitrina se expone, imitando un ancho collar, un pectoral del cartonaje de una momia pintado con brillantes colores. Un pequeño amuleto de oro y pasta vidriada representando al ba del difunto y dos amuletos dyed símbolos de Osiris. Más a la derecha, una estatuilla del dios Ptah-Sokar-Osiris de madera policromada, representado como una figura momiforme con dos altas plumas sobre la cabeza (fig. 74).

Figura 69 Figura 70
Figura 71 Figura 72

Finalizada la visita de esta sala y antes de salir a la brillante luz del exterior, todavía podemos contemplar de nuevo en el vestíbulo la base de la estatua de Dyoser con los nombres y títulos del genial Imhotep, así como echar una última y fugaz mirada a la modesta mesa de trabajo de Jean-Philippe Lauer, que al igual que Imhotep, dedicó su vida a revivir la memoria del rey Dyoser.

Sin lugar a dudas el modesto proyecto de museo, tantas veces ansiado por Jean-Philippe Lauer, se ha superando ampliamente. Este ambicioso proyecto hecho hoy realidad forma parte de un amplio programa para la conservación y protección de los monumentos egipcios que el Consejo Supremo de Antigüedades egipcias (CSA) está desarrollando con gran esfuerzo para situar a Egipto, en el plano museístico, a nivel internacional. El amplio complejo que alberga el Museo Imhotep es el primero de este ambicioso plan, que además se complementa con dos almacenes situados detrás del edificio principal, al cual se han trasladado las numerosas obras de arte conservadas en los viejos almacenes de ladrillo, para su mejor custodia y conservación, así como también aquí, se albergará un centro administrativo para los empleados del CSA y un complejo residencial para las distintas misiones extranjeras que trabajan en la zona, demoliendo las antiguas instalaciones utilizadas hasta el presente. El Museo Imhotep está concebido como homenaje a la memoria de cuantos egiptólogos han dedicado y dedican en el presente, la mayor parte de su vida profesional a desentrañar los secretos que encierran de las bellísimas arenas de saqqara.

Figura 73 Figura 74

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