La lactancia en el antiguo Egipto – 4.8.- Sobre las prácticas abortivas

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4.8.- Sobre las prácticas abortivas.

Apenas existe información sobre el infanticidio en el antiguo Egipto, puesto que hay una ausencia casi total de testimonios[1], salvo que se haga excepción con los datos que proporciona la Biblia, pues en el Libro Sagrado, se señala el asesinato colectivo de los primogénitos judíos a comienzos del episodio del Éxodo por orden del faraón. Sin embargo, está claro que se trata de hijos de foráneos y no de hijos de egipcios[2]. Cuando el Job bíblico se lamenta de sus desgracias mientras maldice el día de su nacimiento, declara:

“Como aborto ignorado, no existiría, como niño que no llega a ver la luz.” (Job, III, 16)[3].

Por algunos textos fragmentarios legales, de abortos y adulterios, que legaron los habitantes de la siempre sorprendente población de Deir el-Medina, se sabe de una sección entera de su necrópolis que se destinó al enterramiento en solitario de las mujeres con sus hijos[4]. Por otra parte, en la época faraónica nunca se dio la bárbara costumbre de los sacrificios rituales a las divinidades como en otras antiguas culturas semíticas. Se podría decir lo mismo de la práctica de la “exposición” de los niños que se vio en el mundo grecolatino. Una costumbre idéntica era seguida en la Italia del Renacimiento, donde las convenciones sociales o el interés personal tendían al abandono del niño y al infanticidio[5]. Siendo así, aunque parece que el aborto no fue condenable y condenado por ley, hay evidencias de que se practicó, por lo que es conveniente estudiar las causas, que impelieron a la sociedad egipcia a llevarlo a cabo y bajo qué circunstancias se practicó. Si hubiese razones para hacerlo, las aplicaciones con arena y el aceite caliente se cree que fueron técnicas abortivas de uso habitual[6].

Parece ser que las mujeres egipcias emprendían estrategias de control y manipulación de su propia fertilidad, ya no sólo con el uso de anticonceptivos sino también con una serie de sustancias[7], con las que formaban una mezcla empleada como un único remedio abortivo no mecánico en compañía de otras medicinas y prescripciones. Un texto originario de Deir el-Medina da información de un aborto acontecido pero sin relato de la técnica usada[8]. Más misterioso es otro párrafo del papiro de Kahun 20 (3, 3-6)[9] tras cuya lectura se extrae la conclusión de estar ante otra posible práctica abortiva. El texto continúa detallando el tratamiento que debía ser aplicado:

“(…) la mujer cuyo (hijo ha sido) roto con el remedio para poner encinta después de que (…)

Aunque el sentido del documento es extraordinariamente confuso[10], además de inquietante, incita a pensar en el deseo de una mujer a tener descendencia después de un aborto anterior. ¿El preparado sería válido además para estimular la concepción después del embarazo frustrado, del aborto provocado o espontáneo?

El estudio de los cuerpos momificados para certificar y buscar las prácticas abortivas en el mundo antiguo, será la única fuente que podrá ofrecernos algunos datos, meros indicios, de residuos hemorrágicos en el útero y en la vagina. No obstante y para mayor dificultad, estas cavidades podrían limpiarse ulteriormente durante la preparación de la momificación haciendo desaparecer cualquier indicio acusador. Además, un embarazo interrumpido antes de su culminación no deja tiempo para que la matriz aumente de tamaño y la causa de una hemorragia masiva es más frecuente en las gestaciones avanzadas. Cuando no perecía la mujer víctima de una hemorragia brusca, sucedía por falta de técnicas de asepsia por las tremendas infecciones uterinas que sí tendrían su correlato patológico en las momias, significado por un engrosamiento de la pared de la matriz y de sus parametrios[11].

Notas

[1] Sería imposible conocer el auténtico alcance de la situación de no mediar el estudio de la documentación, cada vez más importante, que se va extrayendo de los pocos hábitats urbanos bien conservados del Egipto antiguo (Amarna, Deir el-Medina, etc.).

[2]Huard, Laplane, 1979, 35, “L´Égypte”.

[3]“Nueva Biblia de Jerusalén, 1999, 835, ”Job maldice el día de su nacimiento”.

[4]Manniche, 1997, 17, “Prostitution”, Sexual Life in Ancient Egypt.

[5]Duby, Barthélemy, De La Roncière, 1988, II, 263, “La vida privada de los notables toscanos en el umbral del Renacimiento”: En ese periodo, las convenciones sociales o el interés personal impulsaban al infanticidio o mejor aún al abandono de la progenitura (sobre todo de las niñas)

[6]Strouhal, 1992, 15, “The Start of Life”; Toivari-Viitala, 2001, 170 y nota 259, “Contraceptives and abortifacients: Conscious attemps at fertility regulation”: Según parece las mujeres del antiguo Egipto empleaban estrategias de manipulación y control de la fertilidad, que incluían el uso de contraceptivos y varios tipos de abortivos. Por el contrario, a las mujeres asirias que practicaban la interrupción del embarazo se las condena al empalamiento.

[7]Bryan, 1930, 83-84, Diseases of women”: dátiles, cebollas, frutas de acanto, machacados en miel, rociado en un trapo y aplicado en la vulva. El autor señala que el remedio era eficaz para todos los periodos del embarazo. Según Johnson, 2003, 154, “Sex and Marriage in Ancient Egypt”), las mujeres egipcias conocían y usaban muy bien los métodos anticonceptivos y abortivos, los cuales ayudaban a limitar la descendencia no deseada.

[8]Morton, 1995, 180-186.

[9]Bardinet 1995, 439, en el mismo papiro de Kahun 9 (1, 27-29) aplica el mismo símil, en relación con una mujer que tiene una afección vaginal y en otras partes de su cuerpo.

[10]Bardinet, 1995, 441, “Papyrus médical de Kahun et autres textes”; Westendorf, 1999, vol. 1, 432-433: En el texto original el autor emplea el término embrión, lo cual, define particularmente, que está todavía en el vientre materno.

[11]Aufderheide, Rodriguez Martín, 1998, 295 y 296, “Genital Diseases: Pregnancy-related conditions”.

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