Los Hijos de Horus

Manuel Juaneda-Magdalena Gabelas – Mayo de 2003

Simbología en los ritos de conservación de las vísceras. Magia y fisiología

Es del conocimiento de todo el mundo que los antiguos egipcios tenían en gran importancia la momificación tanto del cuerpo como de las vísceras; por eso, los embalsamadores utilizaban idénticas técnicas de conservación de ambas estructuras anatómicas. Deberíamos definir con el fin de hacer más clara la exposición, un “componente externo”, que determina la imagen unitaria o fenotipo que obligadamente ha de mantenerse íntegro pues el Ka debe buscar en él, su soporte material siendo además el apoyo en el que se han de sustentar el resto de los componentes del difunto.

La importancia de la momificación

En definitiva, uno de los pasos previos que hay que dar para qué el difunto “N” acceda a posible candidato a “Osiris N” antes de pasar por el tribunal de Osiris. Igualmente no debemos olvidar que el cuerpo humano en vida, presenta unos “componentes internos o viscerales” contenidos en aquél, unidos entre sí por íntimos nexos con el continente, sin cuya equilibrada relación sería imposible mantener un perfecto funcionamiento durante el ciclo vital. Los antiguos egipcios, grandes observadores de la anatomía humana y de su fisiología, comprendieron la enorme y transcendental necesidad de preservar el sostén material del Ka y cómo no podía ser de otra manera, la conservación de las vísceras que también consideraban tan vitales no sólo para la vida terrena sino también para prorrogar su puesta en escena ante la eternidad.

Fig. 1. Vasos canopos de Tutankhamon.

Fig. 1. Vasos canopos de Tutankhamon.

Conocidas la carga simbólica, mística y ritual(afines a su idiosincrasia religiosa); los egipcios de la antigüedad, encontraron oportuno dotar a las vísceras de un “albergue físico” (los vasos canopos), y otro inmaterial e “intangible o mágico”, el cual con el auspicio de unos textos litúrgicos escritos desde la época del Imperio Antiguo (Textos de las Pirámides), consiguieron encontrar la fórmula de preservarlas de la desaparición definitiva y del aniquilamiento más absoluto. De esta manera, no es difícil entender el interés de conceder a vísceras tan importantes para la biología humana, una plenitud vital más allá de la muerte, satisfaciendo la necesidad de un correcto orden fisiológico para disfrute del candidato a “justificado” en el reino de Osiris.

Simbolismo, magia y filosofía

Es obligado recordar la enorme carga simbólica, mágica y hasta fisiológica en los ritos de la momificación visceral y su liturgia funeraria. Nunca podríamos introducirnos en este tema sin mencionar el “Libro de los Muertos” y sus antecesores principales los “Textos de las Pirámides“, y siempre que hay que referirse a los “Hijos de Horus“; cuando en estos escritos, se alude a ellos, se les concede la responsabilidad de proteger a su órgano asignado al que debían preservar de la muerte definitiva -la putrefacción-. Todas estas funciones nunca se otorgaban al azar, más bien tenían un profundo significado que aún más implicaba una interesante orientación en el marco geográfico de los ejes cardinales (Norte, Sur, Este, Oeste), para qué merced a ellas, y gracias al mágico amparo, liberarlas de los peligros inherentes a la descomposición.

La orientación de los dioses tutelares, a falta de caprichosa, no sólo era imprescindible para los lindes de su propio escenario geográfico (no debemos olvidar que los hijos de Horus anunciaban a las cuatro vientos la noticia de la ascensión al trono del nuevo Horus en la tierra de Egipto, durante la ceremonia de coronación), sino también, porqué debían colocarse correctamente en la propia cámara mortuoria o “Sala de Oro” como también alrededor de la capilla que contenía los vasos canopos. En ocasiones por la premura o descuido de los enterradores se caía en el desliz como ocurrió con Tutankhamón de colocarlos con cierto desorden. No todos los órganos eran igualmente considerados.

Los Hijos de Horus

Fig. 2.

Cómo es sabido, el cerebro (a partir de la dinastía XVIII), era desechado y hasta maltratado por los antiguos embalsamadores, pues no le conferían(¡!) ninguna función importante. Los riñones se mantenían en su localización habitual en el cuerpo (fosas renales). Sin embargo, el corazón (ib) era el protagonista principal como fuente de todas las funciones propias del intelecto más elevado y refinado y por este motivo y no por otra razón se mantenía en el tórax, pues con él el difunto debía rendir cuentas ante el tribunal de Osiris como contrapeso de la pluma de Maat. Su presencia es patente a lo largo y ancho de todo el cuerpo como fuente de las vibraciones que los médicos observaban por todo él. Entonces, no podía ser menos, que se le otorgara lo más sublime y lo más excelso de todos los atributos.

No debemos dejar de lado el Capítulo XXV del Libro de los Muertos (“Mi corazón es mío en la casa de los corazones; mi corazón es mío y está tranquilo ahí…”; o cómo dice el Papiro de Leyden 371 (“Te hice mujer… cuando yo… era joven… estuve contigo y no te alejé. No permití que tú corazón sufriera”).

El ceremonial con las vísceras del difunto

¿Cómo era el ceremonial practicado con las vísceras del difunto?

Llegado el momento, los embalsamadores envolvían las vísceras con vendas de lino (probablemente de las sábanas sobre las que había dormido el difunto antes de su muerte, y aún más si se trataba de un menesteroso), que después de ser deshidratadas y tratadas con natrón, las depositaban en cuatro recipientes fabricados al efectos similares en su morfología a los ataúdes en miniatura que contenía el cuerpo, y acto seguido, se alojaban en el espacio reservado de los vasos canopos. Dichas vasijas estaban representadas por los cuatro hijos de Horus (Kebehsenuf, Imset, Duamutef, Hapi), quienes figuraban en las tapaderas de los vasos en correspondencia al órgano que cada uno de ellos tenían asignado, aunque a lo largo el tiempo, su morfología fue cambiando a merced de las costumbres funerarias del momento.

Después de introducidos en sus respectivos lugares, se rellenaban con el “Líquido de Horus” e inmediatamente se cerraban herméticamente en un arcón con cuatro compartimentos invocando y recitando durante la ceremonia los “Conjuros de Protección”.

Fig. 3. Anubis.

Fig. 3. Anubis.

Existe una profunda relación simbólica entre le papel que cumple cada víscera en la fisiología del cuerpo humano tanto en el vivo como en el difunto, y al mismo tiempo, con las entidades divinas que lo protegen. Así tenemos que:

IMSET-AMSET-IMSETY: (con cabeza de hombre); protector del hígado; guardián del Sur; bajo la custodia de ISIS.

KEBEHSENUF-QUEBEHSENUF: El que refresca a sus hermanos (con cabeza de halcón); protector de los intestinos; guardián del Oeste; bajo la custodia de SELKET-SELKIS.

HAPI: (con cabeza de babuino); protector de los pulmones: guardián del Norte; bajo la custodia de NEFTIS.

DUAMUTEF-TUAMUTEF: El que venera a su madre (con cabeza de chacal); guardián del Este; protector del estómago.

Como se entretejen todas estas funciones

¿Pero cómo se entretejen todas estas funciones mezcla de fisiología y mística o magia y cómo y por qué de su imbricación mágica?

IMSET-ISIS-HÍGADO; recoge todas los principios inmediatos procedentes del estómago, intestino delgado, almacenándolos a modo de despensa de alimentos; es el encargado de la síntesis de las proteínas (albúmina, factores de la coagulación); producción de bilis y bilirrubina.

KEBEHSENUF-SEKIS-INTESTINOS, recibe el contenido de los órganos y glándulas digestivas, secreciones biliares entre otras y entre ellas el Quilo; entretanto se desarrolla la fase intestinal de la digestión con la absorción de los alimentos convertidos previamente por procesos enzimáticos digestivos en elementos lo más sencillos posibles (glúcigos, oligopéptidos, triglicéridos, etc.) para que la digestión se realice lo mejor posible; HAPI-NEFTIS-PULMONES; Hapi significa, según la raíz etimológica hap (circular) y cómo el corazón se mantenía en el cuerpo del difunto, los pulmones asumirían la prerrogativa de representar al sistema circulatorio, por tanto, en ausencia de aquél, tendría que regular el ritmo pulsátil tan íntimamente ligado por las leyes anatomofisiológicas por ese vehículo común que es la sangre, con lo cual, de esa unión, en este caso simbólica, se haría aunque de forma ficticia lo que usualmente tiene lugar en el ser vivo (la ventilación); es decir, de la unión de la sangre y los pulmones que pasan a gobernar este acto puramente mágico bajo el patrocinio de Hapi, se realizará o se realizaría para toda la eternidad el intercambio de gases(oxígeno y anhídrido carbónico) fundamental para la oxigenación de la hemoglobina de los eritrocitos. No debemos olvidar que los antiguos egipcios llamaban a esta interconexión con la palabra sma que hace alusión no sólo al concepto de unión sino también al significado de “pulmón”.

Los Hijos de Horus

Fig. 4.

La unión se representa y se establece como el enlace de los pulmones y la tráquea con las plantas heráldicas de los reinos del Norte y del Sur. No supone un gran esfuerzo a la vista la observación frecuente de ambos símbolos en numerosas representaciones templarias y estatuarias.

Así pues, los pulmones (Hapi), reciben el fluido linfático desde los conductos linfáticos abdominales y por el conducto torácico a la vena subclavia izquierda. El líquido linfático rico en grasas emulsionadas “sangre blanca” ricas en Quilomicrones se mezcla con la “sangre roja”. Así pues, por fin, el color blanco y rojo se mixturan no sólo en una amalgama física sino también mágica. La unión de la función aeróbica (oxigenación de la hemoglobina) y anaeróbica (formación de bilis).

Por último, DUAMUTEF-NEITH-ESTÓMAGO; transforma la materia putrefacta en materia viva evitando la descomposición. Por esa razón, se le conoce cómo “El maestro de la momificación” en recuerdo a su cabeza de chacal y a su ligazón con el dios Anubis que cómo merodeaba entorno a la materia cadavérica entre los bancales de la tierra roja del desierto.

Todo lo comentado, podría aclarar por qué se mantenían tan fuertemente reunidos los órganos en un recipiente tan especial, único aunque dividido en cuatro compartimentos. Ya que eran separados de su albergue natural dónde habían contribuido tan perfectamente al buen funcionamiento de la “maquinaria humana”, se hacía imprescindible una vez separados de su continente habitual, crear un estuche mágico en el seguir contribuyendo al bienestar del difunto (simbólicamente), dando satisfacción y cumplimiento a las necesidades más primarias de la biología humana en la nueva vida ultraterrena.

Los Hijos de Horus

Fig. 5.

De este modo, se cumplía con el empeño de mantener a salvo la imagen unitaria y global del cuerpo humano cómo nuevo Osiris justificado; pues el difunto debía continuar con su alimentación en el “más allá” para evitar aquello que tanto temían y que tanto pavor les daba a los antiguos habitantes de Kemet, más aún si cabe que la propia aniquilación o el olvido, la posibilidad de quedarse sin alimentos sólidos o líquidos, la terrible premonición de verse empujados a ingerir sus propios excrementos y beber sus propios orines ¡Qué terrible eternidad! ¿No es cierto?

Hijos de Horus Víscera Imagen Orientación Diosa
IMSET HIGADO HOMBRE SUR ISIS
HAPI PULMONES BABUINO NORTE NEPTHIS
DUAMUTEF ESTOMAGO CHACAL ESTE NEITH
KEBEHSENUF INTESTINO HALCON OESTE SELKET

Palabras clave

KA: El “Ka” acompañaba una persona como una especie de doble que seguía con vida aunque la persona muriese, cuando sucedía el “Ka” abandonaba su “casa mortal” para regresar a la divinidad. El “Ka” necesitaba alimento para seguir viviendo a base de ofrendas reales o simbólicas (representaciones murales de alimentos) para mantener las energías vitales. No hay que olvidar que el plural de la palabra “Ka” es “Kau” que significa “ofrenda de alimentos”.

OSIRIS: Es sin duda alguna el dios más conocido del panteón egipcio. Parece tener algunos antecesores en el dios Andyety de la ciudad de Busiris en el Delta y también con el dios Jentamentiu de Abidos en el Alto Egipto. Es el dios de los muertos por excelencia; hijo de Nut y de Geb, dioses del cielo y de la tierra respectivamente. Simboliza el aspecto vegetal (trigo) y ctónico como dios de la fertilidad. Siendo un dios bienhechor e introductor de los avances que sacaron a la humanidad de la barbarie, gozó desde muy antiguo de una enorme popularidad. El mito de su popularidad fue la causa de qué su hermano Set abriera un frente de lucha que acabó con su desmembramiento y fue la base para nuevas mitologías y festivales de celebración en los diferentes lugares que pretendían poseer algún miembro o parte de su cuerpo. Finalmente, el tribunal de los dioses decidió poner a Osiris como dios de los infiernos y de la resurrección, y a su hijo Horus dios de Egipto y a Set se le destinó el desierto.

CANOPOS: Palabra de origen griego que corresponde a una ciudad dónde falleció Canope, piloto de Menelao. Allí se adoraba una forma peculiar de Osiris que estaba representado por recipientes (vasos canopos o canopes) que contenían las vísceras momificadas de los difuntos. Los vasos canopos, estaban construidos de diversos materiales (madera, cerámica o piedra) y servían para contener las vísceras.

TEXTOS DE LAS PIRÁMIDES: Es el conjunto de escritos de signo religioso de época incierta, muy probablemente anteriores al Imperio Antiguo, que aparecen por primera vez en las pirámides de las dinastías V y VI; cuyo contenido son conjuros que proporcionan al difunto la ayuda necesaria para el viaje hacia el más allá.

JUSTIFICADO: Palabra que define el estado de gracia al que llega el difunto ante el tribunal de Osiris, una vez que durante el acto de la llamada “confesión negativa”, el difunto manifiesta de viva voz su ausencia de pecado y apto para disfrutar felizmente en el reino de Osiris.

LIBRO DE LOS MUERTOS: Conjunto de textos recopilados en sucesivas épocas que tuvieron gran importancia y aceptación durante el Imperio Nuevo, aunque ya hay fuentes que informan de su presencia durante la dinastía XII. Servían al difunto para sortear los múltiples obstáculos que se le presentaban en los caminos del Amduat.

MAAT: Diosa de la Verdad y de la Justicia, hija de Ra; representa al concepto abstracto que define el orden cósmico que impera en el mundo desde su creación y que hay que mantener a toda costa. Se la suele representar como una diosa con una pluma de avestruz en la cabeza. Los faraones llevaban a Maat en la mano como ofrenda durante sus representaciones murales porque eran los responsables del mantenimiento del orden cósmico en la tierra. Los jueces la tenían de patrona.

PAPIRO DE LEYDEN 371: Contiene las quejas y amenazas que un viudo dirige a su esposa a la que responsabiliza de su desgraciada situación. Es de época incierta.

NATRÓN: Es el nombre del bicarbonato sódico más antiguo. Servía para la higiene de la boca, para los ritos diarios de purificación del templo, y cómo no, para la deshidratación de las momias. A los dioses se les ofrecía cuatro granos de sosa como ofrenda-símbolo de purificación.

QUILO: Líquido lechoso alcalino que los vasos quilíferos toman del intestino después de la digestión compuesto de linfa y grasa emulsionada. Este líquido pasa a las venas subclavia y yugular a través del conducto torácico y se mezcla con la sangre.

QUILOMICRONES: Glóbulo de grasa emulsionada de una micra de diámetro aproximadamente, que se encuentra en la sangre durante la digestión de las grasas.

BLANCO: Era el color de la pureza, de la santidad y de la alegría.

ROJO: Simbolizaba la vida y la victoria; el color de la ira.

KEMET: Palabra egipcia que etimológicamente significa “Tierra Negra”; nombre con el que se llamaba a Egipto en alusión al color oscuro del limo que dejaba el Nilo después de las inundaciones periódicas.

ANUBIS: El dios de la muerte titulado “Soberano de la Tierra Sagrada” (necrópolis) y “El que está delante de la Sala Divina” (dónde se realizaban las momificaciones). Tenía forma de chacal y protegía al difunto contra las fuerzas maléficas. Durante la momificación un sacerdote llevaba una máscara con su efigie representándolo.

ISIS: El nombre de la diosa significaba probablemente “asiento”, pudo haber sido asociada originalmente a la personificación del trono (madre simbólica). Esposa de Osiris buscadora incansable de su hermano y esposo muerto; concibió con él a Horus. Era venerada como la “rica en magia”. Se creía representada por la estrella Sotis o Sirio. En el imperio nuevo se la asoció con Hathor.

SELKET: O Selkis según los griegos. Su nombre original era Serket-hetu, “la que hace respirar las gargantas”, y el que hace respirar y protege la vida. Se convirtió en diosa protectora porque hace respirar y protege la vida. Su símbolo era el escorpión. Debido a sus poderes mágicos se asoció más tarde con la diosa Isis.

NEITH: O Neit, antigua diosa de la localidad de Sais, se la representaba con los atributos de una guerrera con arco y flechas. Era una diosa funeraria, su participación en los ritos funerarios viene dada porque era la que proveía de vendas de lino para la momia; patrona de los tejedores.

Bibliografía

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  • Serrano Delgado, José Miguel, Textos para la Historia Antigua de Egipto, Ed. Cátedra, Madrid, 1993.
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