El culto de Amón en Nubia

Elisa Castel Ronda – Junio de 2004

En la antigüedad Nubia se extendía por un amplio territorio que abarcaba el sur de Egipto y el norte del Sudán; su frontera se estableció al norte con el primer nomo del Alto Egipto, ubicado en lo que hoy conocemos como Asuán. Esta proximidad geográfica fue una de las causas de el intercambio religioso entre ambas culturas y, entre otros aspectos a destacar, rescataremos la influencia religiosa que Egipto ejerció sobre Nubia, destacando lo concerniente al terreno mitológico.

Aunque los contactos entre Egipto y Nubia se remontan a épocas tempranas, habrá que esperar al Reino Medio, cuando los faraones egipcios acometen una importante labor militar en Nubia con objeto de proteger las ricas explotaciones mineras y el tránsito de objetos exóticos , que transportaban directamente a Egipto (pieles, marfil, oro, etc). Precisamente, la presencia de estos egipcios en Nubia influye en la cultura que se desarrolla en este territorio ya que soldados y funcionarios siguen rindiendo culto a sus dioses tradicionales, aquellos que se veneraban en Egipto.

Divinidad, posiblemente Amón

Divinidad, posiblemente Amón

Sin embargo, será en el período siguiente, en el Reino Nuevo, cuando el culto al dios tebano Amón cobre auge en la zona. En este momento Egipto se había expansionado aún con más fuerza hacia tierras limítrofes exportando, todavía más si cabe, el culto de sus dioses y consiguiendo la egipcianización de Nubia. Bajo los reinados de los Thutmés II y III, Egipto domina Nubia hasta la cuarta catarata, convirtiéndola en una provincia de Egipto y los pueblos nubios rinden pleitesía y tributos a la corona egipcia. Una constante muy importante para llevar a cabo esta egipcianización es la política de trasladar a muchos príncipes nubios hasta Egipto para que allí recibieran educación, propiciando la absorción de costumbres e, irremediablemente la adopción del culto a dioses propios del Valle del Nilo.

Entre todas las divinidades egipcias que calaron más hondo en la cultura nubia, sin duda la que alcanzó mayor peso y resonancia fue Amón, un dios que en Egipto tuvo su principal centro de culto en Tebas, concretamente en el impresionante santuario de Karnak. Sin embargo, los tradicionales dioses egipcios presentes en Nubia, y sobre todo Amón, se manifestaron con características propias y personales; por ejemplo no es lo mismo hablar de Amón de Karnak, que de Amón de Kawa, aunque básicamente nos estemos refiriendo al mismo dios. El segundo no es más que una forma del primero y como tal adquiere aspectos propios que no posee el dios tebano. Este mismo mecanismo es en el que se integran todos los dioses nubios en Egipto y recíprocamente todos los dioses egipcios en Nubia.

Avenida de esfinges de Amón en el Templo de Karnak

Avenida de esfinges de Amón en el Templo de Karnak

Pero antes de entrar en materia remontémonos a los orígenes de Amón en Egipto.

Verdaderamente nos encontramos frente a una divinidad de origen incierto, cuya primera mención conocida en el Valle del Nilo se remonta a los Textos de las Pirámides del Reino Antiguo. Allí se muestra como una deidad aparentemente poco importante, un dios relacionado con los barqueros, con el aire o con la fertilidad, que fue cobrando importancia a partir del final del Primer Periodo Intermedio, asentándose en Tebas y pasando después a Nubia y a los oasis. Como ocurre con otros dioses a partir de Reino Medio y en concreto en la dinastía XII se asimiló al dios sol Ra, convirtiéndose en Amón-Ra y siendo entonces cuando los reyes Amenemhat, lo transforman en el dios principal del reino, denominándole El Rey de los Dioses .

A comienzos del Reino Nuevo, Amón ascendió a la categoría de dios dinástico, en virtud de la devoción que le profesaron los reyes militares y expansionistas del área tebana. Para él se creó una familia , la eneada de Karnak. A partir de este momento, Amón formó tríada con Amonet (o Mut) como esposa y con el dios lunar Jonsu en su función de hijo.

Amón, Mut y Jonsu en Medinet Habu

Amón, Mut y Jonsu en Medinet Habu

Durante el Reino Nuevo sus templos se repartieron por Nubia: Thutmés III en el año 47 de su reinado, según algunos autores, construyó la primera capilla en su honor en Dyebel Barkal, siendo él el primero en identificar este lugar con la morada de Amón. La labor constructora continuó con Horemheb y Sethy I que hicieron obras de ampliación, pero los trabajos fueron especialmente palpables con Ramsés II, responsable de mandar construir un santuario encomendado a una forma local de Amón-Ra, llamado Amón que habita en la montaña Pura , divinidad con cabeza de carnero muy habitual en la iconografía nubia.

Amón en Egipto presentaba aspecto antropomorfo y estaba asociado a toda una serie de conceptos abstractos. Él era el aire que se encontraba en todos los lugares y en todos los momentos (pero no el viento, personificado en su paredra Amonet), no en vano su nombre significaba el Oculto, por lo que los humanos no podían verle, tan sólo sentirle, aunque Amón siempre era capaz de atender generosamente las peticiones y súplicas que el pueblo le hiciera llegar a través de sus ruegos.

En la iconografía Amón se nos presenta con la piel coloreada en negro o azul (como el lapislázuli). Sobre la cabeza lleva una tiara en forma de mortero de la que salen dos plumas de halcón fraccionadas horizontalmente en siete divisiones y en cuya base puede llevar un disco solar, lo que denota que pudo ser un dios del cielo. También puede aparecer con cabeza de carnero, cuerpo humano y disco solar; esta representación y bajo forma de criosesfinge (león-carnero) son muy comunes en; precisamente bajo esta última apariencia está documentado, por ejemplo, en los capítulos de procedencia nubia[1] del Libro de los Muertos.

Distintas formas iconográficas de Amón en Nubia

Distintas formas iconográficas de Amón en Nubia

Parece evidente que la forma de encarnar a Amón con aspecto de carnero fue una importación nubia ya que es el modo más usual de representación en esta zona, quizá por parecerse e identificarse mejor con la cultura africana que ya veneraba al carnero desde la cultura nubia del tipo C . No sería extraño, porque el culto al carnero en el Sahara estaba muy difundido y se asociaba al agua. Esta importación es palpable, por ejemplo, en el templo de Amón de Karnak, donde en pleno Reino Nuevo encontramos al carnero en forma de esfinge[2].

Tradicionalmente el Amón carnero se manifiesta mediante dos especies distintas del mismo animal. Por un lado tenemos el Ovis platyra aegyptiaca[3], de cuernos robustos y enrollados alrededor de las orejas. Sobre la cabeza puede llevar la típica corona de Amón, adornada con un disco solar y altas plumas y en las manos sujeta el cetro uas y el signo anj . Este tipo de carnero es el que suele estar identificado con el Amón de Napata; pero también Amón puede mostrarse como un Ovis longipes paleoaegyptiaca, de cuernos horizontales y retorcidos en espiral que en Egipto suele estar vinculado a Ra, Jnum, Tatenen o Herishef, todos dioses creadores y relacionados con la fertilidad, llegando incluso a formar tríada con las familias de éstos. Sobre la cabeza puede llevar la misma corona del Amón napatiense o simplemente un disco solar y un ureo . Igualmente su iconografía puede complicarse aún más y hallarlo como un carnero de cuatro cabezas o como una esfinge criocéfala. Igualmente toma prestados sus atributos[4], por ejemplo, de Gueb, Ra, Jnum, Shu…

Los textos egipcios del reino Nuevo tratan de justificar la presencia de Amón en Nubia, informándonos de que el templo de Amón en Napata fue primitiva y original residencia del Amón Tebano[5] y también justifican el por qué de su transmutación en carnero. Una leyenda nos narra con bastante detalle el momento en que el dios Jonsu, acosa a su padre para que le muestre su verdadera identidad, porque conociendo su nombre secreto Jonsu podría alcanzar un mayor poder. Hostigado por su hijo y con la intención de esconderse para evitar el asedio, Amón tomó apariencia de carnero y así logró conservar en secreto su identidad.

Templo de Ramsés II en Abu Simbel

Templo de Ramsés II en Abu Simbel

La trascendencia de Amón, en el Reino Nuevo egipcio, impulsó la construcción, en época ramésida, de un colosal conjunto de santuarios menores a lo largo de toda Nubia, que pudieran haber sido erigidos con carácter procesional. Éstos fueron edificados bien por los propios reyes o mediante la intervención de sus Virreyes en Nubia, y han sido documentados desde comienzos de la dinastía XVIII. Todos los santuarios jalonaban el camino que conducía y concluía en Gebel Barkal, centro principal de su culto en Nubia. La razón para erigir tales templos parece tener dos causas: un valor propagandístico y la instauración de un culto a la divinización de los propios ramésidas, pero sobre todo a Ramsés II. No obstante estas teorías todavía permanecen en el campo de las elucubraciones y ningún documento egipcio corrobora aún estas hipótesis planteadas por algunos egiptólogos. Inexplicablemente tras el Reino Nuevo parece que decae el interés egipcio por Nubia, fruto de los problemas internos del imperio egipcio y la escasez de oro en Nubia. Tras este período, se produce un silencio total en el que desconocemos lo que ocurre en la zona, a este periodo se denomina Edad Oscura y lamentablemente la información sólo aflora en la dinastía XXV.

En la dinastía XXV[6], unos reyes procedentes de Kush gobiernan y ocupan el trono de Egipto por primera vez, trasladando la capital a Napata[7], una ciudad localizada cerca de la cuarta catarata, cuya fundación se remonta a la dinastía XVIII egipcia[8] y donde se establece firmemente. Es entonces cuando los llamados faraones negros gobiernan sobre el territorio egipcio y se consideran los verdaderos sucesores de los faraones egipcios absorbiendo inevitablemente costumbres nilóticas, aunque desconocemos con exactitud por qué escogen precisamente a Amón como dios principal, cobrando su culto un auge realmente espectacular. El motivo quizá pueda encontrarse en la influencia de los sacerdotes de Amón refugiados en Nubia al finalizar el Reino Nuevo. Ellos no desdeñaron la cultura ni los dioses egipcios, a los que asimilaron e impulsaron porque les vinculaban a la tradición establecida anteriormente y les servían para legitimar su derecho al trono, es más, estos reyes hicieron suyo al Amón tebano, como transmisor del poder real, le rindieron culto en Dyebel Barkal y recuperaron la tradición de enterrarse en pirámides.

Amón dentro de la montaña pura de Dyebel Barkal

Amón dentro de la montaña pura de Dyebel Barkal

Por aquel entonces Napata se había convertido en la primera capital nubia y precisamente el templo de Amón era el lugar donde los reyes celebraban su legitimación en el trono y su coronación, tanto en época napatiense (900 a 300 a.C) como después, en época meroítica (300 a.C a 350 d.C), debiendo repetirse esta ceremonia además en otros santuarios. Asimismo, cuando posteriormente la capital se trasladó a la Alta Nubia, a Meroe, el rey debía peregrinar desde el templo de Amón en Meroe a Napata, visitando algunos santuarios, como por ejemplo Sanam y Kawa, que estaban situados en el camino procesional. Así, completaba el ritual necesario que le conduciría a ser considerado un verdadero rey. Sin embargo, cuenta la leyenda relatada por Agatárquides de Cnido, que el poderosísimo clero de Amón de Napata era el encargado de la sucesión del rey e, incluso podían aconsejarle y ordenarle el suicidio, si éste estaba enfermo o era demasiado mayor, pero al final del período napatiense Arnekamani, al que habían aconsejado suicidarse, ordenó la ejecución de estos sacerdotes. Pese a ser una leyenda parece que tiene visos de ser cierta. A partir de aquí, la necrópolis se trasladó a Meroe y la lengua y costumbres egipcias cayeron en el desuso pero, como hemos comentado, el templo de Amón en Napata siguió jugando un papel religioso trascendental que nunca eclipsó Meroe. Podemos afirmar que el templo de Amón en Napata se convirtió en la réplica nubia del templo de Karnak, en cuanto a importancia teológica y que su culto se expandió también a otros santuarios nubios, como por ejemplo, Abu Simbel o Primis (Qasr Ibrim).

El templo de Napata se había construido al abrigo de la montaña pura de Dyebel Barkal, una montaña sagrada que estaba guardada por una serpiente muy poderosa, el ureo , cuya imagen se recortó y labró en la cúspide de la montaña, aunque hoy sea difícil reconocerla. El ureo actuaba como guarda y protección del dios y encarnaba a las diosas solares con forma de cobra. A sus pies, el santuario de Amón se convirtió en el recinto sagrado más largo de todas las construcciones contemporáneas, a excepción del templo de Amón en Karnak. ¿Por qué construir al abrigo de esta montaña? Tradicionalmente las culturas consideraron ciertas montañas, como partes de la tierra que se elevan al cielo, de forma sagrada. En Egipto tenemos al menos tres ejemplos de este tipo: el Sinaí, Dyebel Barkal y el Qurn en Tebas. Todas ellas se consideraban símbolos de la divinidad celeste suprema y, como tal, Dyebel Barkal era el lugar donde entendieron que residía Amón, como lo corroboran algunos relieves donde el dios figura en el interior de la Montaña Pura, siempre protegido por el ureo . Dichas representaciones se reparten por el norte de Nubia, llegando también a encontrarse en el templo de Ramsés II en Abu Simbel.

En primer término el Templo de Amón en Dyebel Barkal. Al fondo la montaña pura, parte de ella con forma intencionada de ureo

En primer término el Templo de Amón en Dyebel Barkal. Al fondo la montaña pura, parte de ella con forma intencionada de ureo

Otro dato a tener en cuenta es que el enorme interés religioso y económico de los nubios hacia el culto de Amón y su disposición a permanecer firmemente unidos a él, llevó a la necesidad de crear un importantísimo puesto para sus hijas en el clero del Amón Tebano, sucediéndose mediante adopción. Las convirtieron en Divinas Adoratrices de Amón , es decir, en las esposas terrestres del dios y ellas debieron trasladarse de Napata a Tebas, permaneciendo célibes, para residir permanentemente en esta ciudad, alcanzando un poder político-religioso y económico sin precedentes. La más antigua fue la denominada Amenirdis la Vieja, hija de Pianji (Peye) hacia el 716 a.C.

Mapa

Con la aparición de los reyes meroíticos, de carácter más africano, se produjo en la iconografía una patente influencia. Los dioses egipcios siguieron residiendo en Nubia pero ahora se presentan con características típicamente centroafricanas. Estos reyes continúan profesando un culto sentido a Amón, tanto como para que en el momento de su entronización algunos incluyeran a Amón en su nombre propio. Pese a que la lengua meroítica no ha podido ser traducida en su totalidad, actualmente estamos en posición de poder leer fórmulas sencillas, nombres de dioses y de reyes, precisamente por ello podemos concluir afirmando que muchos de los reyes de Meroe hicieron terminar sus nombres en amani, que en lengua meroítica significa Amón. Por ejemplo, el príncipe Arka, hijo de Arnekamani, al subir al trono se hizo llamar Arkamani y el príncipe Adijli, al comenzar a reinar se hizo llamar Adijlamani, monarca que aparece en textos y representaciones del templo de Debod. Uniendo sus nombres al del dios en el momento de la entronización conseguían asociarse a su propio prestigio, ennobleciendo sus patronímicos.

Lo que no cabe duda es de la impronta que esta divinidad marcó en la historia compartida de ambas civilizaciones, egipcia y nubia.

EGIPTONUBIACOMENTARIOS
NAGADA INeolíticoPosibles contactos entre Egipto y la Baja Nubia en forma de comercio.
NAGADA II / IIIDINASTÍAS I Y IIGrupo A
Pre-Kerma
Contactos entre Egipto y la Baja y Media Nubia. Influencia egipcia en ajuares funerarios.
REINO ANTIGUO
1er PERIODO INTERMEDIO
REINO MEDIO
Grupo C
Distintas etapas cultura de Kerma
Contactos entre Egipto y la Baja y Media Nubia
Contactos entre Egipto y la Baja y Media Nubia.Fortalezas egipcias en Nubia (II catarata). 1ª colonización egipcia en Nubia
2º PERIODO INTERMEDIO
Reinado de los Hicsos
Contacto de los nubios con los reyes Hicsos
REINO NUEVOColonización egipcia. Egipcianización de nubia hasta la cuarta catarata.Virreinato de KushFortalezas militares, tumbas, templos, colonias en Nubia. Explotación mineraContactos hasta la IV catarata.
3er PERÍODO INTERMEDIOUn siglo de época oscura (s.X a.C)Formación de reinos independientes en el Alto Nilo. Reino de Kush
DINASTÍA XXV(Kushita)
Dinastía nubia en Egipto BAJA ÉPOCA
(din XXVI/XXX a.C)
Reino de Napata. Imperio de KushProgresiva africanización culturalContactos con los primeros reyes Ptolemaicos
Capital en Napata
ÉPOCA PTOLEMAICA Reino de MeroeContacto con Ptolomeos y Bizancio Más influencia con cultura africana
ÉPOCA ROMANAÉpoca Meroítica. Capital en Meroe..

Notas

[1] Capítulos 162-165.
[2] Dicho camino procesional precisamente fue construido en pleno Reino Nuevo, por Ramsés II, y usurpado por el faraón kushita Pinedyem (dinastía XXV).
[3] Éste es el caso del Amón de Kawa.
[4] Disco solar, de Ra, oca de Gueb, manifestación como soplo de vida, divinidad impalpable,etc.
[5] Este dios también se venera en otros santuarios, como por ejemplo Kalabsha.
[6] 750 a.C.
[7] El culto de Amón también se localizó en otros puntos del territorio bajo diferentes epítetos y títulos.
[8] Aparece por primera vez mencionada en la estela de Amenhotep II en Amada.

Bibliografía (en español)

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