Templo de Seti I en Abidos – 2010

Fotografías tomadas en el año 2010

Abidos

El templo de caliza y arenisca, construido por Setos I (y posteriormente usurpado por su hijo Rameses II) es de grácil forma y cada pulgada de sus muros de piedra están cubiertos de relieves que muestran la resurrección de Osiris y, por extensión, la del propio Setos I. La escalera que vemos hoy en día es una reconstrucción de la original, que tenía 42 escalones, con connotaciones religiosas a Osiris. El patio exterior, del que sólo quedan ruinas, fue construido en su mayor parte por Rameses II. Los relieves muestran los motivos militares típicos que cubren prácticamente todos los templos y monumentos de Rameses II.

La diferencia entre los delicados bajo relieves de Setos I y los relieves toscos y profundamente hundidos de Rameses II son claramente visibles en el templo. En algunos casos, se aprecia un trabajo de segunda fila, pues probablemente los mejores artesanos estarían trabajando en la tumba del propio Rameses II. La importancia de este templo radica fundamentalmente en las escenas que en él se representan y que constituyen un importantísimo documento histórico y religioso. A destacar en un corredor la lista de los reyes egipcios, que cuenta con 77 nombres de antecesores de Setos I, aunque entre ellos no aparecen ni Hatshepsut ni el período de Amarna: es la llamada “Tabla de Abidos”.

El Templo corresponde al Memnonium del que habla el geógrafo griego Estrabón, que visitó Egipto a finales del siglo I a.C. El edificio presenta un curioso plano en L y estaba precedido de un pilono y de dos patios. La fachada presenta un pórtico que reposa sobre doce pilares y que se abría originalmente mediante siete puertas, lo que respondía a una división estructural interna fundada sobre la cifra siete: es una estructura inusual, caracterizada por tener siete santuarios o capillas, en lugar de uno o tres y la disposición en forma de L del ala sur. Junto al templo, estaban situados los edificios auxiliares como almacenes, así como una sala de audiencias, todo ello rodeado por un muro, delimitando así el espacio destinado a los oficios religiosos.

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