La religión y los dioses de Egipto
Cristina Carracedo – noviembre de 2000
Wsir es el nombre egipcio del dios Osiris, dios de los muertos, que junto con su hermana y esposa Isis, fue considerado por los antiguos egipcios un dios muy importante.
El dios Osiris es hijo de Gheb y de Nut. También es hermano de Seth y de Neftis.
Se representa como un hombre envuelto en un sudario (sábana que envolvía a la momia) del que asoman sus manos sujetando los cetros de poder (flagelo y cayado). Lleva sobre la cabeza una corona troncocónica flanqueada por dos plumas.
En el Imperio Nuevo se añaden a dicha corona dos ureus, disco solar y dos cuernos de carnero horizontales y retorcidos (corona atef).
Aparece con la piel pintada de verde o negro como símbolo de renacimiento de la vegetación.
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Su objeto sagrado es el “pilar dyed“, que simboliza el poder de regeneración, la eternidad y la resurrección. Se piensa que pudo representar la columna vertebral de este dios, y por ello aparece en los sarcófagos colocado a la altura de esta parte del cuerpo. Es, por tanto, un dios esencial dentro del mundo funerario.
En relación con el cielo se asocia a la constelación de Orión. Y en cuanto a su aspecto lunar está asociado a Iah.
Osiris, junto a su esposa Isis y su hermano Seth, protagonizó una leyenda llena de traiciones y venganzas (El Conflicto entre Horus y Seth), recogida en los Textos de las Pirámides. Más tarde se complementa con la historia recopilada por Plutarco en su libro “De Iside et Osiride“, donde se cuenta cómo Isis recompone los catorce trozos del cuerpo de Osiris que su malvado hermano Seth esparció en el Nilo, devolviéndole la vida con la ayuda del dios Anubis y Neftis. Tras resucitar, Osiris no regresó a la Tierra, sino que se convirtió en el dios de los muertos.
Por ello, los egipcios esperaban tras su muerte regenerarse y despertar a una vida nueva en el Más Allá. Osiris simbolizaba de este modo la esperanza de una resurrección.
Osiris como dios de la vegetación, moría en la estación más seca y renacía tras la retirada de las aguas de la crecida. Su mito refleja un fenómeno natural, el nacimiento, desarrollo y muerte de las plantas:
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Con la llegada de la crecida del Nilo, la tierra de Egipto quedaba cubierta por la inundación. Surgía el advenimiento del caos, resultando la muerte de Osiris.
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Con la retirada de la crecida, aparece el nacimiento del mundo, Maat.
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Con el nacimiento de las plantas, está relacionado el momento en el que Isis resucita a su esposo Osiris.
El principal centro de culto donde se veneraba al dios Osiris es el templo de Abidos, uno de los mayores santuarios egipcios. Según la leyenda, este templo se levantó donde Isis encontró la cabeza de su esposo.
Otros centros de culto se establecieron en Busiris, Sais, Dendera o Abukir.