Nacho Ares – Febrero de 2004
Conservadora de Exposiciones del Museo Arqueológico Nacional y egiptóloga
Entrevista realizada en febrero 2004
Esther Pons Mellado es en la actualidad Conservadora del Departamento de Exposiciones del Museo Arqueológico Nacional (MAN), cargo que desempeña en esta institución desde el año 2000, si bien gran parte de su trabajo de investigación siempre ha estado identificado con la cultura egipcia precisamente en el marco del MAN.
Nacida en Barcelona, la Dra. Pons estudió Geografía e Historia en la Universidad Central de su ciudad natal, especializándose en Arqueología e Historia Antigua. Después de dudar entre la Antropología y la Arqueología, sus dos grandes aficiones, se decidió finalmente por esta última, una pasión que había cultivado desde pequeña.
Durante su etapa de formación tuvo la suerte de poder asistir a las aulas de profesores tan importantes como el inefable Maluquer de Motes, Josep Padró Parcerisa, con quien se acercó por primera vez a la egiptología, Josep María Gurt, actual catedrático de numismática, de cuya asignatura aún guarda un especial recuerdo y otros no menos añorados como el arqueólogo Miguel Tarradell o Pere de Palol, especialista en Antigüedad Tardía.
Vinculada hoy de una manera muy directa al mundo egiptológico, sus comienzos, como sucede con la inmensa mayoría de los investigadores que se forman en nuestro país, estuvieron relacionados al mundo de la arqueología ibérica. A esta cultura dedicó varios años de trabajos y excavaciones en emplazamientos tan importantes como Burriac (Mataró, Barcelona), la necrópolis del Turo de Tres Pins (Cabrera de Mar, Mataró, Barcelona) y Alorda Park (Clafell, Tarragona). Todos ellos se encuentran en Mataró, estando este último actualmente acondicionado para la visita al público en el que se puede descubrir el método de trabajo y la vida cotidiana de los iberos en la Antigüedad. Fuera de su marco geográfico natural también trabajó en la excavación del poblado ibérico de El Albalete (Porcuna, Jaén).
Salto a la egiptología
Esther Pons se sintió atraída desde muy pequeña por el mundo de la historia, especialmente a través de la lectura de libros. Sus campos de trabajo preferidos fueron el mundo ibérico y el antiguo Egipto. Lo que nunca soñó siendo niña es que sus derroteros profesionales acabarían centrándose casi exclusivamente en el mundo egiptológico. Según nos reconoce en nuestra charla “siempre vi el mundo egipcio como algo muy lejano. Pensaba que la gente que se dedicaba a ello eran especialistas muy exclusivos, personas con mucho nombre, gente que vivía allí mismo, en Egipto y de difícil acceso. Además, cuando entré a hacer la carrera en la Universidad Central de Barcelona no existía ni la asignatura de Historia de Egipto. La docencia se centraba en Historia Antigua en general y, si acaso, el tiempo dedicado a Egipto no superaba los 15 días dentro del marco de una asignatura anual. Solamente con la llegada del profesor Josep Padró se impartieron asignaturas específicas de egiptología como Historia o escritura jeroglífica”.
Precisamente, el verdadero cambio llegó al conocer a Josep Padró i Parcerisa, el actual catedrático de Historia Antigua de la Universidad Central de Barcelona. Bajo su dirección Esther Pons realizó la memoria de licenciatura. El tema elegido fue las terracotas de época grecorromana del monasterio de Montserrat, trabajo de investigación que sería publicado en el año 1995 bajo el título de Terracotas egipcias de época grecorromana del museo del Oriente Bíblico del Monasterio de Montserrat, Aula Orientalis-Supplementa.
Durante su época de formación el Dr. Padró daba clases de Historia de Roma colaborando también en las excavaciones de Llivia (junto a Puigcerdá). En este yacimiento trabajó durante los tres últimos años de carrera, pasando al final de la especialidad a dar asignaturas propiamente dedicadas al mundo egipcio, abriéndose así nuevas posibilidades de investigación y de trabajos futuros en el yacimiento de Enhasaya El Medina, a unos 130 kilómetros al sur de El Cairo, muy cerca de lo que es la entrada al conocido oasis de El Fayum, la antigua Heracleópolis Magna.
La vida en una excavación
“El primer contacto directo que tuve con Egipto —nos reconoce Esther Pons esbozando una sonrisa— fue con la excavación de la misión arqueológica española en Heracleópolis Magna. Allí trabajé en las campañas de 1986, 1987 y 1988, haciendo un hueco en el tiempo hasta regresar cuatro años después en 1992. De hecho era la primera vez en mi vida que tomaba un avión, en este caso para volar hasta El Cairo. Recuerdo la experiencia como algo muy especial y que me marcó profundamente. No sólo supuso una gran oportunidad para aprender un montón de cosas desde el punto de vista profesional sino que, además, el trato humano con el resto de miembros del equipo fue excepcional en todos los sentidos. La vida en una excavación es muy distinta, la gente es muy diferente, viene de campos y formaciones dispares, pero a pesar de todo ello nos adaptamos perfectamente al sistema de vida.”
En aquella primera colaboración con una misión arqueológica en Egipto, Esther Pons trabajó en el seno del grupo de arqueólogos. Se le encargó el estudio de una zona concreta. Allí trabajaban por la mañana codo con codo con los obreros locales. Por la tarde llegaba el proceso de análisis, dibujo y documentación del material en la casa de la misión.
Entonces Esther Pons trabajó con Maricarmen Pérez Díe, la actual directora de la misión en Heracleópolis, y con el egiptólogo francés Pascal Vernus a quien curiosamente tuvo oportunidad de entrevistar para nuestra revista (véase RdA 116).
Con este bagaje inicial y también bajo la dirección de Josep Padró, Esther Pons defendió en el año 1998 su tesis doctoral. “En esta ocasión el tema elegido fue los metales en el antiguo Egipto. En ella se estudiaban las diferentes vías o caminos que emplearon los antiguos egipcios para adquirir los metales, desde la explotación de minas hasta el comercio internacional, saqueos, tributos, y también el trabajo que realizaban los artesanos en los talleres metalúrgicos hasta que la pieza acabara de ser manufacturada.” En la actualidad también podemos encontrar publicadas partes sustanciales de este trabajo de investigación: “Egipto y el comercio del estaño en el Mediterráneo”. Aegyptiaca Complutensia III. Egipto y el Exterior, contactos e influencias. Luis A. García Moreno y Antonio Pérez Largacha Editores. Alcalá de Henares; y “La explotación de los metales en el Antiguo Egipto” publicado en los cuadernos de egiptología Miraz nº6 de 2000.
El trabajo en el MAN
En la actualidad Esther Pons trabaja en el seno del Museo Arqueológico Nacional. En un principio desarrolló su labor de investigación durante ocho años dentro del Departamento de Egipto, después de conseguir una plaza de ayudante opositando en el Ministerio de Cultura. Tiempo después accedió al Departamento de Exposiciones en donde trabaja en la actualidad como conservadora.
“Mi tarea principal en la actualidad es la coordinación, diseño y montaje de las exposiciones que se van desarrollando en el MAN, bien las que hace nuestra propia institución o bien las que nos visitan desde fuera. En ocasiones el trabajo es muy burocrático en el sentido de que tienes que contactar con mucha gente y realizar farragosos trámites administrativos, pero al final el trabajo compensa con el diseño e inauguración de la exposición.”
En la actualidad el MAN está ofreciendo una oferta de exposiciones y actos culturales muy amplia. Este tipo de trabajo ya quedó suficientemente justificado en la entrevista que en el número 271 de RdA realizamos al actual director del museo, D. Miguel Ángel Elvira. “Todo eso hay que planificarlo —nos señala Esther Pons—. En muchas ocasiones disponemos de poco tiempo o con pocos medios a los que acudir para poder ofrecer el resultado final. Sin embargo, el contacto con la gente nos dice que el gran público agradece el hecho de que continuamente el museo esté abierto y que se ofrezcan todo tipo de actividades. A fin de cuentas el rostro de un museo está en los actos que se hacen de cara al público. Que la gente pueda ver que cada poco tiempo se van renovando las actividades y se lleven a cabo proyectos de lo más variado es algo que siempre se agradece. De lo contrario el museo se convierte en un ente sin vida propia, limitado únicamente a la eterna exposición de un conjunto de piezas de mayor o menor calidad.”
De las exposiciones que han pasado por sus manos guarda un recuerdo especial de varias de ellas. “En primer lugar ‘Artifex’, en la que se reproducía la ingeniería romana en España. Lo mismo sucede con otra exposición titulada ‘Aspectos de la vida cotidiana en Bizancio’. Y no me quiero olvidar de ‘La herencia del pasado. Últimas adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional’ en la que fui comisaria de la exposición y al mismo tiempo coordinadora. En todos estos casos, tanto el trabajo relacionado con el desarrollo de la exposición propiamente dicha como el contacto con el personal que estaba a cargo de ellas me han dejado un grato recuerdo en la memoria.”
Misión en Oxirrinco
El mismo año que accedió al Departamento de Exposiciones del MAN, Esther Pons comienza su labor como arqueóloga junto a Josep Padró en la misión arqueológica de la Universidad Central de Barcelona en la localidad de El Bahnasa, la antigua Oxirrinco.
El yacimiento de El Bahnasa se encuentra en el lado occidental de Bahr Yussef, a casi 200 kilómetros al sur de El Cairo. Fue descubierto e identificado como la antigua ciudad de Oxirrinco por el sabio francés Vivant Denon, uno de los componentes de la expedición de Bonaparte. Desde el año 1897 sólo se han realizado excavaciones ocasionales en el lugar, siendo terriblemente saqueada para buscar papiros, debido a la gran riqueza de estos documentos procedentes del famoso yacimiento de Oxirrinco.
Con motivo del descubrimiento en este lugar de una tumba de Época Saíta en el año 1982, el Consejo Superior para las Antigüedades de Egipto retomó las excavaciones arqueológicas en El Bahnasa. Una década después, en 1992, la misión se convirtió en un proyecto mixto realizado a la par en colaboración con la Universidad Central de Barcelona.
Esther Pons nos comenta emocionada los sensacionales hallazgos descubiertos en la última campaña. “En el sector que se encuentra bajo mi responsabilidad descubrimos una tumba en bastante mal estado de conservación pero de grandes dimensiones y con varios sarcófagos en su interior. Dos de ellos han aparecido con la momia en su interior, lo que nos puede hacer una idea de la cantidad de cosas que quedan por trabajar en este lugar.”
El equipo está formado por una decena de personas entre los que podemos encontrar arqueólogos, especialistas de varias universidades de Barcelona, Tarragona, El Cairo y Montpellier, topógrafos, un antropólogo, etcétera. Es decir, un equipo interdisciplinar en el que destaca no solamente su cohesión profesional sino también humana.
En la actualidad el trabajo de Esther Pons se centra en dos vertientes perfectamente identificadas. Por un lado están las nuevas exposiciones que acogerá el MAN en los próximos meses. Entre ellas hay que destacar un espectacular montaje que reconstruye la época de Isabel II.
Sin embargo, Esther Pons no se olvida de su añorado Egipto. “Para la siguiente campaña en 2004 se continuará con exploración de la parte bizantina de la excavación. Además hay que restaurar o consolidar el Osireion descubierto por la misión en las últimas campañas. Por mi parte, espero continuar con la tumba 14 de Época Saíta en la que han aparecido los sarcófagos con las momias.”