A unos 30 minutos a pie del Valle de los Reyes está situado el poblado y la necrópolis de los trabajadores especialistas en la construcción y decoración de las tumbas reales tebanas durante el Imperio Nuevo, que en aquellos tiempos lo denominaban “Pan Demi” que significa “el poblado”, y actualmente se conoce con el nombre árabe de “Deir el-Medina” debido a un monasterio copto que desapareció al año 1940.
Fue la única ciudad de artesanos habitada durante un periodo de unos 450 años de una forma continuada, desde principios de la dinastía XVIII hasta finales de la XX. Mantuvo el contacto de una manera larga y continúa con altos funcionarios y su principal cliente, que era el propio faraón.
La fundación de la ciudad la podemos situar en tiempos de Tutmosis I, según unas inscripciones en el muro de cierre de la ciudad, a pesar de que hay autores que piensan podía haber sido Amenhotep I, puesto que fue quién agrupó a los artesanos, con el ofrecimiento de un gran trabajo que consistía en la preparación de las tumbas reales, conservando sus creencias locales, y agrupadas por jerarquías.
El poblado tiene una forma irregular y una extensión aproximada de 7.500 m2, rodeado por una muralla de unos 132 m. de longitud por 6 o 7 de altura y por 1 m. de grueso. Tenía al menos 2 puertas, una abierta al norte y la otra al oeste y se cerraban por la noche para proteger a sus habitantes.
El interior del poblado estaba dividido por una calle principal que iba de norte a sur, quedando una parte oriental que era la más grande con 48 casas, y una parte occidental que tenía 26, además de unas viviendas más grandes, probablemente ocupadas por los personajes directivos.