El ‘Libro de los Muertos’ resucita con tecnología punta

Fuente: El Independiente – 09/03/2019

https://www.elindependiente.com/futuro/2019/03/09/resucita-libro-los-muertos-tecnologia-punta-nilo-salamanca/?fbclid=IwAR1fRHiAZBnTuNNwUIw-zQh_HeB6Yy4fmAgwkx4UmoM9F3R3zX4_ytUPW1I

Hay un cultivador de planta de papiro junto al Nilo que “se está frontando las manos con nosotros”. Quien habla así es Daniel Díez, cuya editorial, CM, acaba de lanzar 1.000 reproducciones exactas del Libro de los muertos en soporte papiro. En concreto, de la versión del Papiro de Ani, el más importante hallazgo de este tipo en el mundo de la egiptología. Y es posible que, desde hace casi un milenio, nadie haya hecho un pedido de papiro procesado de tal magnitud.

Cultivos de papiro original. Decenas de fotografías de ultra alta resolución. Procesamiento de gigas y gigas imágenes. Una cortadora láser. Impresoras que no mueven el soporte… Así se construyeron los 999 facsímiles del Papiro de Ani. | Vídeo: M.V.

El sueño de Daniel se une en 2007 al de Pedro Iribarnegaray. Desde su editorial en Salamanca, les ronda la idea de hacerse con los derechos de reproducción del Libro de los muertos, que se guarda en una urna en el Museo Británico desde 1888. Sin embargo, “era financiera y técnicamente imposible”, explica Díez a El Independiente. Por el camino, se dedicaron a publicar códices medievales, facsímiles y libros iluminados a modo de pequeñas obras de arte. “Hemos trabajado con el Vaticano, con la Biblioteca Nacional, etc.”

Unos ocho años después, con esa experiencia a sus espaldas y con el desarrollo de las cámaras de ultra alta resolución y el láser, “adquirimos los derechos al Museo Británico”. La idea era “reproducir los 37 fragmentos; contactamos con egiptólogos e investigadores –al exministro Zawi Zawass le entusiasmó la idea–, buscamos la tecnología para hacerlo tal y como teníamos en la cabeza. Necesitábamos 72.000 papiros de este formato. 37 fragmentos por 1.000 ejemplares, más otros tanto de respaldo”. En efecto: el mayor pedido de papiro, seguramente desde el medievo.

“El papiro es una planta, ¡teníamos que imprimir sobre una planta tratada!”, recuerda Díez, mientras sostiene una de estas réplicas facsímiles enfundado en sus eternos guantes. Pero el reto inicial fue hacer ver a los responsables del Museo Británico la magnitud del proyecto. “Están acostumbrados a que les pidan fotos para libros, pero dependíamos de su equipo de fotografía”.

Hasta las manchas de humedad originales

Lo siguiente fue conseguir papiros que reprodujesen el aspecto y hasta las manchas de humedad del original. “El problema es que tiende a enrollarse”. El folio de los faraones no es apto para impresoras, salvo que éstas se comporten como los rodillos de un túnel de lavado. Consiguieron una que desplaza sus cabezales sobre el papel. Cuatro tintas  clásicas (cian, magenta, amarillo y negro) a las que se sumó un  blanco, todas “no oxidativas para que no penetren en exceso”. Hasta hubo que hacer en oro un escarabajo. Tras ello, una cortadora láser de última generación tuvo que reproducir los bordes y rasgaduras.

Fragmento del Juicio de Osiris en el Papiro de Ani CM

Fue el egiptólogo Sir Ernest Wallis Budge quien en 1888 se hizo con el Papiro de Ani por encargo del Museo Británico. Había estado enrollado más de 1.200 años, pero él troceó sus 24 metros en 37 hojas casi iguales.

El Libro de los muertos es como conocemos a un texto funerario que se utilizó desde el Imperio Nuevo (-1.500) hasta el 50 a.C. Las copias del no estaban al alcance de cualquiera. La mayoría de las personas sólo podían enterrar a sus difuntos con algún capítulo, a veces sin decorar. Pero Papiro de Ani, de gran tamaño y muy decorado, nos da una idea de la posición social y las riquezas de Ani, escriba, y su esposa Tutu.

La idea principal que se describe es que tales riquezas no evitan a nadie la travesía a través de la Duat, el inframundo, lugar donde se celebra el juicio de Osiris y donde el espíritu del difunto debe enfrentarse a todo tipo de peligros. Todo ello para llegar a la Aaru, el paraíso donde reina Osiris, adonde van los seres de corazón puro, tras haber sido pesado en una balanza.

Ani de Tebas “no fue sólo un mero escriba, sino que conocía toda la teología”, mientras que su mujer Tutu fue “sacerdotisa con acceso al Faraón; tuvieron posibilidades,  elaboran algo para seguir viviendo más allá de la muerte”.

Los misterios siguen vivos

Hoy siguen existiendo muchos misterios alrededor de del Papiro de Ani. Por ejemplo, la composición exacta de las tintas. En el originigal, a partir de cierto punto, se va oscureciendo, seguramente por el paso del tiempo, estar enrollado y la acción de la luz. Tuvimos que ir uno por uno. “En el originigal, a partir de cierto punto, se va oscureciendo, seguramente por el paso del tiempo o por estar enrollado y la (in)acción de la luz. Tuvimos que ir [recalibrando la impresión] papiro por papiro.

Daniel Díez junto a su facsímil del Papiro de Ani M.V

En los últimos tiempos se utilizan técnicas de miucroscopía y luz de sicrotrón en megainstalaciones como la de Barcelona para saber qué hay en las tripas de antiguas obras de arte. Pero con piezas del antiguo Egipto suele haber muchísimas restricciones. Encofrada desde hace más de un siglo en el museo Británico, este facsímil será lo más cercano que tengamos a tocar el original.

999 ejemplares bajo certificado notarial, apadrinados por el periodista Nacho Ares, traducidos y explicados; eso sí, a un precio a la altura del proceso: 10.800 euros. Casi la mitad de la serie está vendida. Sus principales interesados, instituciones como bibliotecas o museos. Una segunda vida para el papiro del Libro de los muertos y para un soporte que, abandonado, como estaba, para servir de abono, brota de nuevo en la dinastía del píxel.

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