Antonio J. Morales (Proyecto Djehuty)

Entrevistas a egiptólogos

Ana María Tejería – Noviembre de de 2003

Oriundo de la ciudad de Sevilla donde estudió la licenciatura de Prehistoria y Arqueología. Interesado en los estudios de Orientalística y, específicamente en los estudios en Egiptología, inició el aprendizaje de la lengua egipcia y su sistema de escritura jeroglífica en la Universidad de Sevilla con Francisco Presedo y el profesor José Miguel Serrano.

Ha realizado cursos de especialización en la University College London y, en la Universidad de Birmingham, donde obtuvo el título de Master en Egiptología, concentrándose en el estudio de la antigua religión egipcia.

En la actualidad se encuentra realizando sus estudios de doctorado e imparte clases de lengua y escritura egipcia en la Universidad de Sevilla.

Sus principales intereses de investigación son los textos funerarios egipcios (Textos de las Pirámides, Textos de los Sarcófagos, Libro de los Muertos y demás libros funerarios del Reino Nuevo y épocas posteriores), la mitología egipcia y el culto, los rituales, los templos y el sacerdocio y la magia.

Antonio en el pasillo de la tumba de Djehuty

Antonio en el pasillo de la tumba de Djehuty

Con cierta responsabilidad al pensar en el proyecto, y también con tranquilidad al saber que los demás miembros del equipo serían también investigadores que conocía y de gran valía. El conjunto es bueno y eso se nota…somos jóvenes todos y también se vive todo de un modo muy apasionante.

¿Los distintos integrantes han estado juntos en anteriores excavaciones? ¿Cómo se han adaptado a sus nuevos compañeros?

De algún modo ya he contestado a esa pregunta con la anterior… no hemos estado los distintos miembros antes juntos, pero hemos trabajado en distintos eventos, congresos, seminarios, o incluso hemos asistido a conferencias o aprendido a través de alguno de ellos. La adaptación vino rápidamente y de modo natural. Todos somos investigadores acostumbrados a trabajar en proyectos ya sean arqueológicos como el caso de Alicia Torija o de investigación por nuestras propias tesis, tesinas y publicaciones…nos conocemos bien y sabemos cuáles son nuestras cualidades.

Cómo ha vivido el entorno familiar y social de cada uno esta experiencia que demanda tiempo y esfuerzos de tamañas proporciones?

Nuestra vida está muy vinculada a este tipo de esfuerzos. Cada uno en su experiencia puede contar con etapas en el extranjero, trabajando en excavaciones, investigando y publicando, y eso demanda un tiempo que hemos sabido “conllevar” con el resto de nuestros asuntos. Mi familia acometió este proyecto con mucha ilusión porque sabía lo que suponía para mí y para mis compañeros. Mis amigos estaban sorprendidos de saber que “me iba a excavar a Egipto”, pero ya habían escuchado muchas veces de mis andanzas y lo veían como “otro paso más del amigo Egiptólogo que tengo”.

¿Qué significa en sus vidas la posibilidad de encarar un trabajo de campo de estas características?

La experiencia en este sentido es claramente definitiva. Todos los especialistas que han trabajado en Egipto pertenecen a instituciones egiptológicas importantes o con tradición y esto supone para nosotros un modo de dar peso a lo que se está haciendo en Egipto. En concreto para mí, este proyecto supone la confirmación de que en España hay investigadores que están dando mucho por la Egiptología y están obteniendo resultados muy positivos. La experiencia de encarar las tareas del proyecto son muy ilusionantes y cada uno acepta este reto con la responsabilidad de dar lo mejor, y con la certeza de que nuestra formación es buena en este campo y podemos llegar a realizar un trabajo digno y destacado.

La hora del té

La hora del té

Sí, por supuesto. El equipo necesitaba marcar las directrices de lo que íbamos a realizar y preparar una estrategia de actuación, no sólo para el trabajo en sí de la excavación, sino también en aspectos de seguridad, botiquín, comportamiento con los trabajadores, con las instituciones que nos rodearían en Egipto, etc. Además fue necesario una revisión profunda de lo que debíamos llevarnos y de lo que podríamos comprar allí.

¿El viaje desde Madrid a Cairo planteó “nervios” en ustedes al tomar conciencia que ya estaban concretando el proyecto?

En mi caso, no… El pensamiento de que íbamos a iniciar trabajos de excavación en Egipto me producía ansiedad por empezar y hacerlo bien…como unas ganas de demostrar que los que estamos dedicándonos a esto en España también podemos hacerlo bien, y el resultado así ha sido. Los nervios los dejamos para los descubrimientos que supongan una sorpresa!

¿Cómo se dominan las emociones cuando aparecen los primeros descubrimientos in situ?

Las emociones suelen ser algo que entra mucho en el campo de la imaginación o los sueños de lo que podríamos encontrar…una vez metidos en el hoyo…lo único que sientes es que tienes unas tareas que realizar y el ritmo de la excavación es frenético. Sólo en momentos determinados puedes sentir que lo que estás haciendo es fascinante, normalmente cuando paras dos minutos para descansar, y miras por un momento alrededor, y vuelves a ver todo aquello…

¿Con los sucesivos hallazgos se domina la capacidad de asombro?

A mí no me entra en la cabeza que uno se acostumbre a encontrar cosas preciosas. Yo vivo con mucha expectación cada momento de la excavación y me gusta saber que mis compañeros encuentran objetos o datos de gran valor. Ese es el resultado a la tarea de cada día y la realidad histórica a la que dedicamos nuestro tiempo allí…

Dibujando con Andrés

Dibujando con Andrés

Ya puedes imaginar por lo que he comentado antes que no se convierte en nada rutinario…cada minuto de una excavación, y sobretodo en una tumba egipcia en Tebas, supone un culmen de sorpresas, problemillas, esfuerzos, nuevas iniciativas…y ello no permite que haya rutina. Ninguna excavación deja pie a la rutina, creo…

¿Las tareas en el sitio se asignaron en base a la preparación de cada integrante?

Cada uno de los miembros sabía bien lo que este tipo de trabajos exige, pero nos fuimos acoplando en distintos puestos o responsabilidades en función a nuestra preparación, experiencia o conocimiento. De todos modos surgen siempre tareas nuevas que necesitan gente dedicada, y cada día debíamos hacer de todo, casi…

¿Se puede alterar esta pauta a medida que el trabajo de la expedición avanza?

Bueno…las necesidades de cada día eran muy variadas, así que no tratábamos de enfocar nuestros trabajos como algo cerrado. Un miembro podía necesitar estar en el mismo lugar del día anterior, o a lo mejor no, porque nuevas responsabilidades le hacían necesario en otro sitio, de modo que el propio avance de la excavación marcaba la pauta.

¿Cómo se armonizan y organizan los posibles cambios, en caso de ser efectuados?

Eso depende de los tipos de cambio. Lo normal es que el propio director del proyecto, el Dr. José Manuel Galán, diera una descripción de las necesidades del día, y de cómo el equipo podía afrontar esas necesidades. Una de las mejores cualidades de nuestro equipo era la posibilidad de cambiarnos en nuestros puestos porque todos manejábamos similares capacidades y una misma ilusión por hacerlo bien.

Un momento de descanso

Un momento de descanso

Nuestro trabajo se encontraba enfocado a la excavación de los exteriores en esta primera campaña, junto con tareas de prospección y reconocimiento de los interiores. La llegada cada día a la excavación suponía una alegría, ya que todos estábamos deseando “meterle mano” al yacimiento. Desde luego el ambiente de una excavación arqueológica en Egipto es distinto porque todo, los obreros, sus tradiciones, el pueblo cercano, las gentes yendo a trabajar o al colegio…es completamente llamativo, fantástico y distinto.

¿Qué diferencias se marcan entre lo “teórico” del plan y la “práctica” una vez plantados en el sitio de excavación?

Las excavaciones siempre plantean nuevos problemas cada día que deben recibir nuevas respuestas. Una sorpresa por el hallazgo de un objeto único no sólo supone una alegría, supone un cambio en los planes porque necesita un tratamiento especial, un parón en el trabajo, una toma de decisiones rápida y el reinicio de las tareas cuando haya sido hecho todo. Eso supone que lo teórico ayuda a plantear el trabajo, pero cada día pasábamos a lo práctico cada cinco minutos.

¿Cómo repercute a nivel personal la relación hallazgo-análisis y catalogación de las piezas? ¿Demanda más trabajo que el planteado? ¿Supone un desgaste más fuerte?

Los hallazgos en esta excavación, afortunadamente, son numerosos e importantes, y su tratamiento ya sea a nivel de una primera restauración in situ o para su catalogación requieren un esfuerzo extra al de simplemente excavar y obtenerlo. Sin embargo, las responsabilidades del tratamiento de los objetos y su catalogación caían bajo control de dos de los miembros cada día y podíamos esforzarnos por afrontar su cuidado y catalogación con éxito.

¿Qué sensación se experimenta al desenterrar y tocar una pieza que ha estado durante miles de años bajo tierra y que gracias a sus manos ve otra vez la luz del sol?

Bueno…creo que la palabra es fascinación por este trabajo, por ese momento y sobretodo se siente responsabilidad…no olvidemos que esto es un trabajo científico y que somos profesionales trabajando para dar un sentido a lo que recuperamos. Cada una de las acciones del día se viven con ilusión y con pasión, pero también con ojo crítico de la persona que investiga, conoce y trabaja esa cultura y debe analizarlo todo con sumo cuidado.

Con un Ushebty

Desde el principio había un clima de fascinación por el proyecto y los trabajos a realizar. Desde luego todos hemos ido experimentando la alegría de encontrar bellos objetos de la cultura faraónica y eso suponía una confirmación científica también de la magnitud de la aventura científica. El ánimo subía en ocasiones con descubrimiento más llamativos, subía en otras por la visita de un nuevo lugar dentro de la tumba, subía por la alegría de ver terminada una buena jornada…estaba siempre subiendo!

Con esta primera etapa cumplida y con éxito, el retorno a España ¿produce un cierto desgaste al verse obligados a presentaciones y charlas, sin olvidar el trabajo de análisis de los objetos desenterrados para su evaluación posterior?

No, sin lugar a dudas sabíamos cuáles eran las tareas a realizar y las fases a seguir, y tanto las excavaciones como los trabajos posteriores son parte del método y del sistema de investigación que un equipo arqueológico y de restauración debe seguir para llegar al éxito al final de la campaña y l final del trabajo anual. El estudio de los datos y de los objetos encontrados supone una fase más para la reconstrucción de la verdad histórica que esconde este monumento en Tebas.

El retorno al sitio el próximo año, en esta segunda fase del proyecto será sin dudas diferente. ¿Qué sentimientos y expectativas se manifiestan al pensar que pronto estarán nuevamente en el sitio de excavación?

Las expectativas que se abren tras la primera campaña son numerosas y complejas porque suponen nuevos esfuerzos con el yacimiento, los materiales recogidos y los datos obtenidos. Sin embargo, ahora podremos estar más capacitados para afrontar nuevos retos durante la segunda campaña. Si en la primera pudimos enfrentarnos con tranquilidad y efectividad a cada uno de los trabajos y cada una de las situaciones que el mes de trabajo requirió, ahora en esta segunda campaña debemos ser capaces de encontrar mayor valor a todo lo que hagamos y ser aún, si cabe, más efectivos y estar mejor organizados.

La posibilidad de utilizar Internet en este proyecto, ha marcado una pauta muy importante para los que no podemos estar allí en el sitio de la excavación. El diario que implementaron ha sido una idea valiosísima, se han sentido acompañados con esta posibilidad de la conexión vía internet?

La idea partió como un modo de compartir esta experiencia tan interesante para todos los que quisieran vivir con intensidad el proyecto. Para nosotros era una responsabilidad añadida y un esfuerzo que se sumaba a los que debíamos realizar con el propio trabajo arqueológico. De todos modos, la recepción de esta idea entre el público interesado ha sido buenísima y muchos enviaron emails de apoyo al proyecto, lo cual agradecimos muchísimo en esas semanas de tanto trabajo y esfuerzo.

De compras en Luxor

De compras en Luxor

Para mí, el día que cerramos la tumba fue un día a recordar… en el ambiente se notaba la tristeza de dejar atrás muchos esfuerzos y muchas alegrías. La tumba era ya considerada la casa del equipo… allí habíamos echado cientos de horas ahora mirábamos cómo “nuestro” lugar de trabajo se cerraba hasta doce meses después, cuando apareceremos con nuevas ilusiones y mucho trabajo por hacer. Afortunadamente, el sitio lo merece!

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