El arte de Amarna

Miguel Ángel Díaz – Noviembre de 2000

Durante 18 años, Egipto vivió lo que pudo ser la primera forma de arte, con el que no sólo se representaba y se explicaba, sino que además se expresaba un sentir religioso.

Fig. 1. Detalle de las representaciones del arte de Amarna. Piedra caliza, museo de Berlín nº 14145.

Fig. 1. Detalle de las representaciones del arte de Amarna. Piedra caliza, museo de Berlín nº 14145.

Una de las características del reinado de Ajenatón fue el estilo artístico que bajo su teología se generó.

Hay que tener en cuenta que el estilo Amarna, como todo el arte egipcio, es simbólico. Sus características son expresiones del credo de Atón, puestas a la vista del pueblo. Es quizás la única acción que emprendió Ajenatón para acercar su fe a sus súbditos. Por lo tanto, dado que Ajenatón es el único que interacciona con Atón, es sobre su figura sobre la que recae el simbolismo. A través de él, el resto de la familia real también se ve sumergida y es parte de éste simbolismo, pero el pueblo queda totalmente aparte. La introducción de arte Amarna en las tumbas de particulares, es debido sencillamente a una copia de las formas de expresión de la realeza. Allí vemos las formas menos exageradas y de corte más clásico.

Desde mediados del reinado de Amenofis III ya se comienzan a observar los rasgos característicos de éste arte. Se puede apreciar en los rasgos de la cara y en el detalle de las ropas. Sin embargo, es a partir de la coronación de Ajenatón, que este arte se impone.

Fig. 2. Clásica representación alargada de Ajenatón. Piedra calcita-alabastro, museo de El Cairo RT 30.10.26.12.

Fig. 2. Clásica representación alargada de Ajenatón. Piedra calcita-alabastro, museo de El Cairo RT 30.10.26.12.

Nada más alcanzar la corregencia, de su propia mano enseñó a Bak (“el aprendíz al que su Majestad enseñó“, estela de Bak, Berlín), escultor jefe de la Casa Real, la forma de representación y expresión que deseaba en las obras que tuviesen relación con su persona.

Un rasgo muy común en el arte de Amarna, son las dos marcas horizontales en el cuello de los personajes y el representar los cinco dedos del pie frontal. Incluso en dibujos de corte clásico, pero fechados en la época Amarna, se pueden observar esos rasgos característicos. También se hizo muy común el representar el ombligo femenino mediante una raya horizontal, quedando así éste muy remarcado.

En cuanto a la forma de representar los personajes, se puede apreciar que el arte Amarna exagera las formas características del cuerpo femenino. Así quedan muy marcadas las caderas y el vientre alejándose de las formas más discretas, aunque más proporcionadas, del estilo clásico.

El cuerpo del hombre se representa casi de la misma forma que el de la mujer, lo que en el pasado ocasionó muchas discusiones sobre la sexualidad de Ajenatón. La diferencia más notable entre la representación de un cuerpo masculino y femenino, es que el cuerpo de la mujer se representa con un vientre más marcado. Aunque el hombre es representado a menudo desnudo (cosa anormal con respecto al estilo clásico), nunca se representan sus órganos sexuales.

Otra característica básica del arte de Amarna, es el anormal alargamiento de las figuras, en especial las de la familia real. Se puede observar que aunque el personaje tenga las caderas y los glúteos muy marcados, el estrechamiento del talle y la excesiva longitud del cuello hacen que la figura se muestre alargada y estilizada. Esta característica se acentúa con la exageración de la longitud del cráneo, que al prolongarse en la parte trasera, fuerza a prolongarse también en la delantera para mantener las proporciones. En caso de llevar birrete o corona, ésta también se alarga hacia arriba.

Fig. 3. Busto de Ajenatón. Colección Mansoor Amarna Corporation.

Fig. 3. Busto de Ajenatón. Colección Mansoor Amarna Corporation.

Toda la figura “tira hacia arriba”, hacia el dios Atón. Creo que ésta es la simbología que se quiere dar en esta característica del estilo Amarna. Así como en el Imperio Antiguo se construyeron las pirámides para facilitar la ascensión a las estrellas del faraón y así como se construyeron los obeliscos que representaban un rayo de sol petrificado, el arte Amarna crea su simbología estirada hacia arriba, como en el Imperio Antiguo, para acercarse al dios de su culto, Atón. Es ingenuo pensar en exageradas deformidades del rey copiadas por todos sus súbditos y familiares, sobre todo cuando hay retratos más realistas del rey y de otros personajes de su familia que muestran que su fisonomía era “casi” normal. Ajenatón no era un rey clásico. No se tiene noticias de que participara en la caza del león, o en el ritual de dominar al toro por ejemplo. Desde antiguo se han representado a los reyes con cuerpos musculosos, y aunque fuese un estereotipo, las actividades de caza y de guerra forzaban a los reyes a preparar su cuerpo con ejercicio casi a diario. Ajenatón no se dedicó nunca a estos menesteres, pareciendo más un hombre de estudios que de acción (ya sea por elección personal o por enfermedad degenerativa) . Es por eso que no sea de extrañar que no tuviese un cuerpo fornido, aunque sin llegar a las deformidades exageradas mostradas en el arte que el mismo inculcó a sus artesanos.

Fig. 4. Figura de Nefertiti. Remarcar sus formas femeninas exageradas y el trabajo de transparencia de la tela. Piedra arenisca silicada. Museo del Louvre, E 25409.

Fig. 4. Figura de Nefertiti. Remarcar sus formas femeninas exageradas y el trabajo de transparencia de la tela. Piedra arenisca silicada. Museo del Louvre, E 25409.

El cuerpo afeminado de Ajenatón, con caderas anchas, vientre abultado, muslos e incluso pechos, es parte también de un reflejo religioso. Es Ajenatón quien canaliza la energía creadora que Atón suministra al mundo. Dado que el arte se utilizaba como una forma de expresión y de comunicación, Ajenatón expresa este hecho teológico simulando las características femeninas, ya que son las mujeres quienes crean la vida humana. Hay que fijarse además en que justamente las zonas de la mujer más implicadas en la reproducción humana (caderas y vientre) son las más exageradas.

En la representación de las mujeres, también son las caderas y el vientre la parte más exagerada. La inclusión de un ombligo horizontal, da más volumen al vientre remarcando aún más la función reproductora de la mujer y por tanto su “divinidad”.

He observado en muchos casos una diferencia en la representación de la mujer. Así como cuando está con un hombre en la escena ambos marcan el mismo volumen y forma en los senos, cuando aparecen solas, estos son representados más voluminosos. Incluso la forma del pecho cambia de la representación clásica a la Amarniana, siendo éstos acabados más en punta. La explicación de que hombre y mujer se representen con los mismos pechos, puede querer decir que la diferencia entre ambos es la creación de vida, y no el sustento de ésta.

En el arte Amarna se sigue representando a mayor escala el personaje principal , y en menor escala los demás, siendo menores los de menor importancia. En el caso de Nefertiti, la representación es evolutiva, esto es, parece que su importancia aumenta con el tiempo.

En las estelas fronterizas del año AK6 la podemos ver mucho menor que Ajenatón. En las representaciones familiares de los años AK10, vemos que su tamaño es sólo un poco menor que el del rey, hasta llegar a la estela de Pase, en la que ambos tienen el mismo tamaño.

Fig. 5. Comparación del tamaño de Nefertiti.

Fig. 5. Comparación del tamaño de Nefertiti.

Sabemos que Nefertiti tuvo el poder de un corregente, aunque sin serlo. Esta evolución en el apartado artístico es entonces lógica, ya que muestra el ascenso en importancia de la reina. El arte era una forma de propaganda, y las imágenes debían de representar lo que se quería comunicar a un pueblo en su mayor medida analfabeto.

Fig. 6. Nefertiti (retocada) y Ajenatón. Los rasgos del rey siempre se representan con un marcado simbolismo. Busto de Nefertiti (Berlín 21300) y coloso de Ajenatón (Luxor).

Fig. 6. Nefertiti (retocada) y Ajenatón. Los rasgos del rey siempre se representan con un marcado simbolismo. Busto de Nefertiti (Berlín 21300) y coloso de Ajenatón (Luxor).

La nomenclatura de los personajes sigue la forma clásica de cartuchos. La representación de Atón (que sólo acerca símbolos Anj a Ajenatón y Nefertiti) está acompañada de sus cuatro cartuchos, que pueden ser del mismo tamaño o dos grandes y dos de media altura. Los cartuchos de la familia real se siguen representando en las proximidades de las figuras, siendo de mucho menor tamaño los que identifican a las hijas.

Las estelas se trabajan con la técnica del relieve rehundido en las figuras y en la escritura de jeroglíficos que suele ser de baja calidad, trabajándose con cincelado simple e introduciéndose además nuevos signos.

La baja calidad de los relieves contrasta con la calidad del trabajo escultórico. Una muestra de ello es el famoso busto de Nefertiti. En esta obra y en las estatuas osiriacas de Ajenatón podemos apreciar la fineza con la que el arte Amarna trabajaba los rasgos faciales. Estos estaban muy marcados y perfilados, siendo una característica muy importante el cincelado de los “ojos almendrados”. Esta forma de trabajar los rasgos, da a la imagen masculina un aspecto afeminado, que queda realzado con las exageraciones corporales comentadas más arriba. También se pueden apreciar los rasgos estilizados en estatuaria de los últimos años de Amenofis III, conservándose al menos dos bustos con los “ojos y labios de Amarna”.

Fig. 7. Representación de los ropajes asiáticos (hitittas).

Fig. 7. Representación de los ropajes asiáticos (hitittas).

Fig. 8. Ropas egipcias, de diseño más sensual (capilla dorada de Tiy, KV55).

Fig. 8. Ropas egipcias, de diseño más sensual (capilla dorada de Tiy, KV55).

La moda de Amarna estaba acorde con la cosmópolis de Ajetatón. Velos plisados transparentes se ajustaban al cuerpo de las mujeres dejando ver sus formas, y faldellines también con transparencias y tiras ondeantes vestían a los hombres. La estatua que muestra el presunto cuerpo de Nefertiti cubierto por un velo plisado muestra la habilidad de los artistas (en este caso Tutmés) para representar algo tan difícil como las transparencias. Se ha definido la moda de Amarna como orientalizada. Yo personalmente, creo que así se podría definir, aunque con el concepto actual de oriental. Viendo grabados contemporáneos de las culturas Hitittas, Mitanni y Sirias, se puede apreciar que las ropas resultan sumamente bastas comparadas con la ligereza de las figuras egipcias. Lo mismo pasa con el arte en general Aunque se ha comentado que el arte Amarna fue influenciado por los países asiáticos, no he observado el mas mínimo parecido ni de formas ni de simbología.

De igual forma, los tocados y pelucas alcanzan mayor complejidad, y las joyas con gran cantidad de cuentas de vidrio coloreado dan gran vistosidad a la mujer y al hombre que viste con esa moda. Quizás, como todo, la ropa también estaba cargada de simbolismo religioso. Aunque las telas transparentes no son una innovación, si lo es llevarlas con tal profusión, y con tan poca ropa opaca debajo. Quizás el simbolismo de esos tejidos tenían algo que ver con que los rayos de Atón alcanzasen el cuerpo de las mujeres para facilitar su fertilidad, y de paso, presentarse más sensuales a la vista de los hombres. Aunque no se pueda hablar de una revolución sexual como la de final de los años 60, si que pudieron influenciar en la población las imágenes de la pareja reinante en actitudes intimas y en clara apología del amor entre la pareja y la familia.

Fig. 9. Figura de marcado estilo Amarna, procedente del tesoro de Tutankhamón (296b) . Museo de El Cairo.

Fig. 9. Figura de marcado estilo Amarna, procedente del tesoro de Tutankhamón (296b). Museo de El Cairo.

En cuanto al arte funerario, Nefertiti aparece en sustitución de la diosa Isis en la protección de los sarcófagos, y se prescinde de la representación de otros dioses. Las tumbas descubiertas en Amarna presentan básicamente imágenes de la vida del difunto, de sus logros, y de la familia real.

Fig. 10. Diferencia entre las columnas usadas por Amenhotep III (Templo de Luxor) y Ajenatón (Templo de Atón en Ajetatón).

Fig. 10. Diferencia entre las columnas usadas por Amenhotep III (Templo de Luxor) y Ajenatón (Templo de Atón en Ajetatón).

Se trabaja pintando las paredes enyesadas, pero el mal estado en que han llegado a nuestros días no permiten apreciar el colorido. Sus dibujos se presentan con la expresión artística del momento, si bien las deformaciones corporales de los personajes no son tan acentuadas como las de la familia real. En cuanto al ajuar funerario, la única muestra es la encontrada en la tumba de Tutanjamón, en la que se mezclan objetos típicamente amarnianos, como el ushebti de la foto, y objetos de estilo clásico anterior y posterior a Ajenatón. Creo que es una pena el hecho de que las mejores obras de la tumba, los sarcófagos y la máscara, no sean de estilo de puro. Hubiesen sido unas obras de arte fascinantes.Amarna

La decoración del palacio real estaba basada en formas de la naturaleza, siguiendo con el modelo que se inició en el palacio de Malqatta. Se usa el colorido con profusión en imágenes llenas de vida y movimiento. Aunque la técnica pictórica no es excepcional, si lo son los colores empleados, con difuminados que crean escenas de gran expresión.

Los pocos restos que han llegado a nuestros días, muestran que las columnas (ver fotografía) eran de forma de juncos de papiro atado, estilo que Amenofis III usó muy a menudo, aunque en este caso con un desarrollo ligeramente diferente.

Aunque el simbolismo del arte Amarna desapareció con Ajenatón, el expresionismo conseguido marcó el arte egipcio. Incluso en la época ramesida, que condenó a Ajenatón al olvido, se pueden apreciar indicios de mayor calidez y flexibilidad en los protagonistas de las escenas.

Bibliografía

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  • Martín, Francisco J., Amen-Hotep III, Ed. Aldebarán, Madrid, 2001.
  • Rachet, Guy, Diccionario de Civilización Egipcia, Ed. Larousse Planeta, Barcelona, 1995.
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